Madre Co-dependiente - Bethany Webster

Una madre co-dependiente, posiciona a su hija en una servidumbre a ella como madre, y al mismo tiempo, posiciona a la hija en una guerra en contra de su propio desarrollo de un sentido de ser separado, lo que está en contra de la progresión natural de su propio desarrollo, que inherentemente necesita cada vez más diferenciación emocional, autonomía e independencia a medida que crece.

De esta manera, la madre herida ha “colonizado” el sentido de ser de la hija con sus propias necesidades, anhelos y deseos mientras se siente con derecho a esa influencia indebida.

Esta es una forma de robo de la infancia de la hija porque ella pierde la oportunidad para desarrollarse conforme con su propio ritmo natural y experiencia de vida sin la carga de las heridas de la madre.

Tristemente, muchas madres de generaciones viejas ven esta colonización o robo como simplemente como algo natural.

Ellas nunca cuestionan cómo fueron heridas por sus propias madres, así que no están en contacto con el daño que están transmitiendo.

Desafortunadamente, la atmósfera cultural patriarcal más amplia soporta esta codependencia dolorosa entre madres e hijas a través de las generaciones.

Una madre herida inconscientemente posiciona el sentido de ser emergente de su hija como un enemigo a ser exterminado en todo momento, si quiere mantener su propia cohesión emocional como madre

Cualquiera que sea el trabajo interior que una madre herida se rehúsa a hacer llevará a su hija adulta lejos de ella o creará enorme daño en la vida de su hija, que puede manifestarse como problemas crónicos de salud, enfermedad mental o relaciones destructivas.

Puede parecer obvio, cuando nos exponemos a algún daño experimentamos impactos negativos, aún esto sigue siendo un tema tabú en nuestra sociedad.

Es tiempo de llevar esto a la luz.

Las hijas adultas valientes que sanan de la codependencia materna están envueltas en una batalla privada brutal por su propia fuerza vital, con su propia humanidad en juego.

Ganar la batalla es dar un paso atrás y sanarte a ti misma. El apoyo es clave.

A medida que sanamos la Herida de la Madre, enfrentamos la Barrera de Terror y pasamos del dolor de la esclavitud emocional hacia una soberanía y empoderamiento personal mayor.


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