Pasearse por las propias tinieblas - ivan_rohe

el mundo es imprevisible, toda historia es una alteridad sin fin. los cuerpos son enigmas y el tiempo un laberinto. la gente se defiende, pone a prueba lo que cree, busca la suavidad rugosa de la identidad, mientras el mundo sigue su marcha de indiferencia.

regresar entonces al lenguaje que atraviesa, a la mirada, encontrarnos con lo que permanece desnudo, encontrarlo en cada ocasión, digo, el nuevo deslumbramiento. regresar, desamarrar los lazos de la estructura, desobedecer el mandato, ir hacia aquello que atraviesa la piel más allá de sus confines. que la existencia deje de ser una mera escapatoria para morirse una y otra vez, para morirse todo el tiempo.

lo peor sería, ignorar las preguntas y encogerse de hombros en señal de que, así son las cosas. entonces, que el mundo sea una invitación para ir más allá de uno mismo, una llamada a quitarse la propia modorra, un convite para abandonar el relato repetido, la identidad del uno ya nunca más percibida como el puto centro de gravedad del universo.

abrazar la intensidad de un instante, salir del reinado de las novedades, de los estornudos genitales por que si, quitarnos del abandono paulatino de la angustia existencial en pos de una cierta satisfacción inmediata y fugaz, que no logra nunca apaciguar la condición primera de la humanidad, su soledad, ni su desenlace ulterior, nuestra inefable mortandad.

pasearse con miedo y asombro por las propias tinieblas, si, fundar las horas, ir más allá de nosotros mismos yendo más dentro de sí. no hacer demasiadas cosas para no evitar lo esencial. y no, no desprendernos de la sensibilidad, no sujetarnos a la vida estrecha de lo actual y crear un universo más hondo, más agrandado que el habitual. buscar no los socorros inmediatos, esos, con los que la intimidad intenta descargar su ira contra cualquier cuerpo. salirse de la identidad puesta como herida abierta, sin que nadie tenga tiempo de mirarse realmente, de sentir compasión. extender la lucidez, decir que ciertas cosas valen la pena, si, si las cuidamos.


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