Liberación emocional

Este es un conocimiento que todos deberíamos conocer.

El cuello es un lugar de alta sensibilidad emocional que no sólo se siente rígido y doloroso por el esfuerzo físico, sino también por emociones como el miedo y la ira.

Más específicamente, el cuello es un indicador poderoso de nuestro temor a comunicar y expresar nuestros pensamientos y sentimientos reales.

El cuello es el puente entre la cabeza y el corazón, donde nuestra voz es ya sea liberada o reprimida.

En muchos individuos, la tensión en el cuello es la manifestación física de palabras retenidas y de la represión de cualquiera.

Alegría, Tristeza, Lujuria o Ira 

Esto a menudo surge del miedo al conflicto, al rechazo o al juicio, lo que lleva a una renuencia a decir nuestra verdad.

- Los músculos del cuello, especialmente el m. Splenius capitis y el m. elevador de la escápula, comienzan a tensionarse cuando nos sentimos juzgados y tratados injustamente por personas que consideramos superiores y que mantienen el poder sobre nosotros.

Sistemáticamente esto con frecuencia viene de un conflicto con la autoridad.

Lo que es en la niñez el conflicto con nuestra madre y nuestro padre se convierte más tarde en el conflicto con maestros, jefes o con el cumplimiento de la ley. 

El cuello nos muestra que estás atrapado en una dinámica interior de víctima - perpetrador y te sientes victimizado, incomprendido y tienes que pelear por tu derecho a ser valorado y comprendido.

Para muchos, el desafío reposa en superar la identidad construida en torno a complacer a los demás, evitando la confrontación o escondiendo su ser real, lo que le indica al cuerpo que se contraiga más.

Esta represión continua no solamente drena nuestra vitalidad física sino que también nos mantiene atrapados en un ciclo de consciencia de víctima.

Abordar las causas emocionales subyacentes es la clave – simplemente estirar o masajear el cuello puede proveer un alivio temporal pero no resuelve el tema central. Las situaciones y emociones que causan esta represión necesitan ser reconocidas y expresadas.

Ahora te toca a ti:

 ¿Qué palabras estás reprimiendo y cómo esto afecta tu cuello?

¿En qué dinámicas estás atrapado en un ciclo de sentirte devaluado, irrespetado, juzgado?

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