Espero que sigas adelante - Brianna Wiest

 Espero que sigas adelante.

Espero que llegues a ver que la diferencia entre las cosas que conservamos y las que se nos escapan a menudo no se distingue por cuán perfectamente se unen sin dificultad, sino por lo que hacemos con las partes fragmentadas. Cómo respondemos y cómo luchamos para seguir adelante. Tenemos éxito en aquello con lo que continuamos (aquello por lo que tenemos suficiente cuidado, suficiente amor, suficiente significado para seguir adelante) incluso cuando es difícil, incluso cuando estamos cansados, incluso cuando hemos perdido nuestra determinación.

En muchos períodos de nuestras vidas, a menudo llegamos a estos lugares de descanso (estos valles intermedios) que pueden parecer momentos de rendición total. Momentos en los que hemos perdido. Momentos en los que decidimos que la lucha no vale la pena, que el daño es demasiado grave y el resultado demasiado lejano. Estos lugares son donde recuperamos el aliento y recordamos por qué empezamos, o donde comenzamos a construir un hogar inconexo. Donde decidimos que hasta aquí es suficiente e intentamos conformarnos.

Es exactamente en ese momento cuando debes decidir no conformarte.

A menudo es cuando más queremos rendirnos cuando estamos más cerca del gran avance. A menudo, cuando estamos más completamente convencidos de que ya no vale la pena nuestro esfuerzo, en realidad está a un centímetro de llegar a las palmas de nuestras manos.

Aunque te lleve más años de lo que alguna vez soñaste, espero que nunca desistas de llegar a tu lugar de paz. El lugar que existe no por la ingenua esperanza de que todo sea perfecto, sino por la forma en que te dejas caer en los momentos perfectos que llegan, dispersos, pero no obstante, liberadores en la forma en que evocan un recuerdo, una verdad. Que somos maravillosos y defectuosos. Que el sol siempre se hundirá más allá del horizonte y será de noche. Que podemos llorar en la oscuridad o mirar las estrellas y saber que es la luz del día la que las mantiene visibles, incluso desde lejos.

A menudo estamos fracturados apenas en el contorno de nuestros caminos, de nuestros destinos.

A menudo somos capaces de reconocer lo que falta en los espacios exactos que estamos llamados a construir.

No somos menos por nuestra forma de ser humanos, sino más completos que antes.

Sin lo imperfecto no habría nada que formar.


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