Cómo luce en realidad sanar - the.holistic.psychologist

Sanar es mantener una foto de la versión de 6 años de ti mismo y decir regularmente “Mira cuán lejos he llegado”. Es recordar a tu pequeño que eres responsable de tu propia vida ahora, y que las oportunidades son infinitas.

Sanar es liberar tu complejo de salvador. Saber que no es tu rol arreglar o ser todo para todos. Es decirle a las personas que te rodean: “confío que sabes qué es lo mejor para ti”. Y yo me enfoco en comprender lo que es mejor para mí.

Sanar es descansar. Permitirte descomprimir la ocupación constante el mundo de hoy, que realmente es evitación disfrazada. Es el sol sobre tu piel y la brisa a través de tu cabello como un regalo aliviar tu sistema nervioso de estimulación.

Sanar es darte cuenta que nadie sabe lo que está haciendo. Incluso las personas que tu admiras. Y no se supone que sepas lo que estás haciendo. La vida es un salón de clases. Estamos aprendiendo en la marcha. Y encontramos fuerza en ser estudiantes humildes.

Sanar en realidad se trata de auto-descubrimiento. Se trata de seguir nuestra curiosidad e intereses. Se trata de sintonizar fuera de las voces de tus padres y de la sociedad para que puedas finalmente escuchar tu sabiduría interior, todos hemos sido dotados de ella en esta vida.

Sanar es tener paciencia con todas las partes de ti. No solamente las partes buenas. Las partes en nosotros que son impacientes, pequeñas, duras, inseguras e inmaduras. Cuando hablas a ti mismo como el padre estable que desearías haber tenido.

Sanar es cuando te empujas fuera de tu zona de confort. Cuando tienes una mente de principiante, nunca serás bueno en algo hasta que practiques. Te animas a ti misma a medida que cometes errores una y otra vez.

Sanar es finalmente darte cuenta de quién eres realmente: la consciencia atenta más allá de tus reacciones condicionadas.

¿Qué es lo más importante que has aprendido a medida que has sanado?

Vamos a hablarlo…

Recuerda que sanar es en realidad los momentos simples que te llevan fuera de tu ser condicionado. 

He aprendido que mi niña interior luchó por nuestras vidas, que realmente es a ella a quien le debemos la vida…. Así que pasaré el resto de mis días dándole todas las cosas que ella nunca tuvo. Estamos a salvo ahora que te tengo.


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