Limites - Virginia Gawel

Tardamos en hacerlo. Y como tardamos, EL OTRO SIGUE ABUSANDO. Mucho, poquito… pero nunca NADA. Y es lógico que así sea: la mayoría de quienes hoy somos adultos no hemos aprendido por crianza a NO COLABORAR CON EL MALTRATADOR. Asustados, nos hemos sobreadaptado encogiéndonos. Y el problema es cuando ese encogimiento sigue, aunque ya no seamos pequeños. PARA PONER LÍMITES HAY QUE EXPANDIRSE LO SUFICIENTE!

Con mucha frecuencia la buena persona sí sabe poner límites claros, pero sólo cuando se trata de cuidar o defender a otro. La solución es aprender a verse a sí mismo como si uno fuera un otro querido; sentirnos PORTADORES DE ALGO DIGNO: el propio espíritu, nuestra Esencia.

Si, como dicen antiguas Tradiciones, esa Esencia es una porción de lo Sagrado, necesita un buen guardián del templo, que no permita que nadie escupa en él. De allí puede surgir una justa IN-DIGNACIÓN: “Yo no soy digno de ese trato. NO LO ACEPTO.” Esto implica un saneamiento radical del vínculo consigo: LLEGAR UNO A SER PARTE DE NUESTROS SERES QUERIDOS. El AUTODESAMPARO no puede ser buena opción, nunca.

Uno lleva dentro de sí, como una madre en su vientre, a su Sí Mismo (como le llamó Jung): una porción de Dios (para quien así quiera llamarla). Entonces, cómo no defender a esa criatura invisible que vamos gestando a lo largo de la vida? SOMOS NUESTRO PROPIO NIÑO AL CUAL PROTEGER.

Cuando entonces decimos NO estamos ejerciendo 3 actos éticos:

1) Defender la dignidad de nuestra Esencia.

2) Ayudarle al otro a que tenga la opción de no ser un maltratador;

3) Renunciar a colaborar con el hecho de que exista un maltratador más, pues cada persona digna que NO DICE NO, aun sin quererlo fomenta que los maltratadores se multipliquen. Gandhi lo dijo así: “La NO-COOPERACIÓN con el mal es un deber sagrado.” También nuestro DERECHO.

De qué manera este tema tiene que ver contigo? Me quedo aquí, escuchándote!

Virginia Gawel*

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Es Licenciada en Psicología, integradora de las Psicologías de Oriente y Occidente. Despliega este tema en su último libro, “El fin del autoodio” (Ed. El Ateneo, 2021, accesible desde cualquier lugar del mundo). Es Directora del Centro Transpersonal de Buenos Aires.