Interocepción – Magdalena Weinstein

La interocepción involucra el intricado proceso de recibir señales desde nuestros órganos internos, particularmente los intestinos, que impactan significativamente nuestro humor, emociones, cognición y comportamiento. Esencialmente, estas señales nos ayudan a comprender y gestionar nuestros estados emocionales, mentales y físicos.

La complejidad de este proceso y sus diversas funciones pueden llevar a funcionamiento insuficiente, funcionamiento excesivo, sesgos y confusión, con frecuencia ligados a factores como experiencias pre / perinatales, problemas de desarrollo o eventos traumáticos. Para abordar esos desafíos hay numerosos métodos y herramientas disponibles con un principio central siento el progreso gradual y gentil para evitar abrumar al sistema.

Como nuestra intuición y sensaciones en la panza están ligados de manera cercana con la precisión interoceptiva, restaurar la coherencia y el ritmo entre los caminos cerebro-intestinales se vuelve crucial para tomar decisiones que promuevan el bienestar emocional y físico.

En general, cuando la interocepción es interrumpida o desequilibrada, podemos malinterpretar o perder claves internas, que pueden llevar a malentendidos de la información sensorial externa y entorpecer nuestra habilidad para orientarnos a nosotros mismos de manera efectiva. Consecuentemente, un sistema interoceptivo inexacto o sesgado puede afectar nuestro discernimiento y capacidades intuitivas.

Por eso, es esencial desarrollar capacidades reguladoras, particularmente co-reguladoras a través de prácticas de rastreo interoceptivo. Esto no solamente beneficia la salud de nuestros sistemas corporales sino que también mejora nuestras funciones sensoriales y cognitivas, permitiéndonos tomar decisiones más informadas en el momento presente.