Honrar tu sensibilidad - Lorena Cuendias
Tal vez no se trata de dejar de ser “demasiado sensible” sino de aprender a poner los límites necesarios para honrar tu sensibilidad.
"Es que eres demasiado sensible" es una de las frases lapidarias que más he escuchado a lo largo de mi vida una y otra vez.
Es una de las frases con más carga de crítica, vergüenza e invalidación emocional que conozco, a menudo expresada por personas incapaces de regularse y sostenerse emocionalmente, a los que las emociones y el mundo emocional de otros, les abruma.
Muchos de nosotros crecimos entre personas cuyas emociones y necesidades estaban por delante de las nuestras y que de hecho, eran las protagonistas en muchas ocasiones, por eso nunca aprendimos a priorizar las nuestras.
Así empezamos a desconectarnos de ellas. Y de nuestro cuerpo, que es el lugar en el que las sentimos.
Cuando nos dicen que "somos demasiado sensibles" lo que necesitamos hacer es tomarnos en serio y escuchar a nuestro cuerpo.
Tomar en serio nuestras necesidades de espacio, tiempo, tranquilidad, respeto, descanso, resonancia emocional, soledad, empatía y/o suavidad y poner los límites necesarios expresándolas.
Prioriza las conexiones que honren tu sensibilidad.
Los vínculos que te dejen con más amor hacia ti misma/o y no con menos.
Esto es vivir en tu verdad y autenticidad.
No te vuelvas dura/o o indiferente por adaptarte a una sociedad robotizada que normaliza la auto-negación.
Pon límites que prioricen quién eres.
Que te lleven de vuelta a ti.
Encuentra la fortaleza tan grande que hay detrás de tu suavidad y de aceptarte tal y como eres.
Nunca me he permitido sentirme más sensible y vulnerable que ahora, más auténtica ¿Sabes por qué? Porque mi cuerpo se siente seguro para mostrarse así, porque puedo acompañarlo y sostenerlo, porque hay capacidad y recursos.
En un mundo cada vez más insensible y desconectado, necesitamos ser quienes somos más que nunca.
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