Amigdalitis - @thehealingpoint

Cuando miramos metafísicamente cualquier cosa, tenemos que reconocer que hay más factores en juego que solo lo físico.

¿Y si tu cuerpo es siempre un reflejo de la mente?

¿Qué dice entonces un dolor de garganta o unas amígdalas infectadas?

Una garganta adolorida nos lleva a mantenernos callados, a hablar menos.

Esa es la primera clave… ¿por qué tu cuerpo quiere silenciarte?

La amigdalitis puede apagarte por completo y enviarte a la cama.

Donde hay infección hay una batalla.

¿Con qué situación / persona has estado batallando? 

¿Has tenido que defenderte?

¿Te has sentido silenciado?

Los problemas de garganta y la amigdalitis repetitivos y crónicos, sugieren un problema más profundo que puede estar arraigado en una relación difícil, con un padre por ejemplo. Una situación continua en donde puedes sentirte impotente, incapaz de expresarte a ti misma con palabras de enojo atrapadas en tu cuerpo por temor a decirlas. 

Puedes haber aprendido que es más fácil estar callada que expresar tu verdad.

Puede que te hayan enseñado que una sensación de duda y responsabilidad hacia los demás es más importante que tus propias necesidades, deseos y sueños… y entonces tu voz permanece muda.

Estos tipos de cuestiones pueden causar que la energía desequilibrada se hunda profundamente, afectando potencialmente a la Tiroides más tarde.

Las gargantas doloridas, secas y con picazón pueden ser situaciones similares en las que la voz y las palabras se atascan.

¿Qué es lo que verdaderamente deseas decir?

¿Qué limites no estás expresando?

¿Estás empujando a tu cuerpo en situaciones donde no quiere ir?

¿Sientes que serás juzgada por los demás si no haces una cosa en particular?

Todo esto se trata de tu poder personal y estar bien con decir no.

Mis dos hijas son cantantes y artistas, cuando ellas tienen dolor de garganta o problemas en la boca siempre les preguntaré, ¿qué estás cantando o actuando que no quieres cantar o actuar?

Expresar cosas que ya no resuenan o te traen alegría puede sentirse restrictivo y entonces la garganta responde a esos pensamientos.

Nuestro cuerpo siempre hablará nuestras palabras no dichas.