Por qué es importante confiar en la “marea menguante” tanto como en el “flujo” – Bethany Webster

Estar cerca del océano ha tenido siempre un efecto sanador y clarificante en la psique desde que era niña.

Como adolescente y mujer joven, la playa siempre fue un lugar al que podía ir para sentirme arraigada, centrada y calmada interiormente.

Durante un viaje especial al mar hace unos años, me senté en el deck de la cabaña donde estaba quedándome y miré la marea venir todo el camino hacia adentro y entonces salir.

Por días, miré cómo la luz y el agua cambiaban y cómo le daba forma a la arena.

Era tan apasible simplemente sentarse y mirar todos estos cambios en el paisaje.

Como en meditación, mirando la marea entrar y salir, comencé a sentir como el observador calmo e inmóvil viendo los movimientos desde un lugar de quietud interior.

Después de una semana, pude sentir esta octava de calma más profunda que emerge desde mi interior. Se siente tan bien solo SER.

El paisaje me hizo pensar mucho sobre los “reflujos” en nuestras vidas, tiempos inevitables cuando las cosas son retiradas, están muriendo o menguando en potencia.

Y los tiempos de “flujo”, cuando las cosas están creciendo, moviéndose y plenas.

Nuestra cultura nos dice que debemos pelear los reflujos y constantemente crecer y expandirnos, pero aceptar y trabajar con estos reflujos es tan esencial.

El reflujo es una parte necesaria y vital del ciclo de la vida.

El reflujo puede aparecer en muchas formas.

A menudo es una disminución, una desaceleración o algún tipo de retraso.

Puede ser una disminución en dinero, tiempo, energía física o intimidad en nuestras relaciones.

El reflujo nos da tiempo e información valiosa par integrar y contemplar nuestras vidas. 

¿Qué está funcionando?

¿Qué no está funcionando?

¿Qué duele?

¿Qué necesita atención?

¿Qué necesita ser celebrado?

Amo la palabra “atención/tender” por que me recuerda “tierno”

¿Qué ha sido descuidado?

¿Qué necesita tierna atención en nosotros?

En esta época en la que todo es instantáneo y se espera que siempre estemos “encendidos” algunas cosas inevitablemente se deslizaran a través de los grietas.

El hecho es que no podemos hacerlo todo y no podemos ser todo para todas las personas.

La oportunidad aquí es discernir lo que es más esencial en nuestras vidas.

¿Qué es superfluo y necesita ser liberado?

Para nuestras mentes modernas, el “reflujo” puede causar ansiedad porque se siente como escasez cuando se nos ha enseñado que siempre deberíamos tener un “flujo” constante o de lo contrario no estamos seguros de alguna manera.

Pero la verdad es que el reflujo siempre es una fase temporal que nos ayuda (si estamos dispuestos) a obtener revelaciones de lo que debería ser liberado y entonces podemos ser incluso más reales, auténticos, empoderados y libres.

Uno podría pensar sobre el reflujo como un “bajar el telón” para ver algo más de cerca, escuchar algo más claramente o sentir algo más profundamente.

Es un tiempo para escuchar de cerca de esa voz interior pequeña y tranquila.

Para los sobrevivientes de trauma, la voz interior de nuestros seres verdaderos se apagó o se muteó hasta cierto grado, ya que tuvimos qué defendernos a nosotros mismos y hacer frente a difíciles circunstancias cuando niños.

Como adultos, podemos recuperar esa voz interior de verdad adentro, darle la bienvenida y gradualmente encuerparla más completamente en el mundo exterior.

Una pregunta poderosa para plantearnos a nosotros mismos es:

“¿Qué está tratando de decirme el reflujo, para que yo pueda estar aún más empoderada y sabia cuando la parte del ciclo “flujo” comience otra vez?”

Con esta clase de aproximación a nuestros ciclos, seguirlos en lugar de pelearlos, podemos incrementar la confianza en nosotros mismos y la confianza en el universo para ponernos exactamente donde necesitamos estar en cada momento.

En la vida moderna, el caos del mundo exterior puede ser muy fuerte.

Podemos quedar absorbidos en todas las cosas por hacer exteriores y perder nuestro centro.

Cultivar esa calma, el punto de quietud interior es crítico para navegar nuestras vidas desde un lugar de paz.

El reflujo puede ayudarnos a afinar nuestra habilidad de permanecer centrados sin importar lo que está sucediendo entorno a nosotros.

El reflujo no es un fracaso o un problema. Es una parte natural de todas las cosas. Está siempre apoyándonos si se lo permitimos.

Estoy recordando un pasaje del Tao Te Ching sobre el agua:

“El agua es fluida, suave y flexible. Pero el agua desgastará la roca, que es rígida y no puede ceder. Como una regla, lo que sea fluido, suave y flexible superará lo que sea rígido y duro. Esta es otra paradoja: lo que es suave es fuerte”.

Te invito a conscientemente abrazar tu próximo reflujo como un punto calmo y tranquilo desde el cual puedas amorosamente contemplar tu vida preciosa y tomar decisiones empoderadas que te soportarán en ser incluso más robusta, real, verdadera y libre.

Al hacer esto, el flujo que eventualmente sigue el reflujo seguramente será incluso más significativo y nutritivo para ti.

Gracias por estar en mi mundo

Con mucho amor,

Bethany


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