Mi vida no es opinable - Virginia Gawel

Tu error puede ser tu capital, parte esencial de tu currículm vitae, de tu hoja de vida. Como también lo es tu logro. Y un día sucede: sucede que uno acepta a ése que uno es. Ése que no es exactamente el que otros esperaban que fuera. Inclusive es posible que ni siquiera sea el que nosotros mismos esperábamos llegar a ser. Sin embargo, es el que es (¡y tal vez sea más que bastante!). 

Al renunciar a las expectativas erradas sobre quienes somos, podemos comenzar, más descansadamente, a descubrir el que ni imaginamos que podríamos ser. Qué alivio produce el poder dar de baja tantas expectativas, ¡y no tener que ser de determinada manera para ningún público! Y también qué ahorro de energía implica el dejar de molestarse a sí mismo por no ser el que uno no es...

A partir de esa madurez la vida ya no depende más de lo que otros opinen: uno puede decirle a quien quiera indicarle cómo vivir sin que uno se lo haya preguntado: “Mi vida no es opinable”. ¡Hermoso mantra! Pronunciárselo a sí mismo cuando haga falta es milagroso (dejando siempre una hendija para solicitar opinión a quien elijamos... no sea cosa que nos volvamos necios, claro. Pero es la excepción respecto de la regla. "Mi vida es mía. Y si no lo fue hasta hoy, desde hoy decido que SÍ LO SEA."

¿Tienen algo que ver contigo estas palabras de hoy? ¿Coinciden con tu tiempo y te llegan oportunamente? Me quedo aquí, escuchándote con los ojos!!

Virginia Gawel*


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