Curiosidad - Mujer Alquimia

A veces me dejan comentarios que tienen detrás una carga – donde yo percibo claramente la energética- y que suelen ser algo así como: “siempre me resuenan todos tus post, estoy siempre de acuerdo en lo que compartes, pero en esta ocasión… [ahora yo le estoy poniendo mi propio tono] en esta ocasión esto no lo comparto…” y ahí viene todo un razonamiento y una justificación.

Y esto me lleva a pensar o reflexionar sobre la capacidad que tenemos para la diferencia. 

¿Qué capacidad tenemos para tolerar lo que es diferente? 

Las opiniones que son diferentes, las formas de pensamiento que son diferentes.

Y cuando yo veo esos comentarios pienso, ¡qué maravilla que no estés de acuerdo conmigo! y que se abra un espacio para ti, para reflexionar con curiosidad, ¿qué es lo que se ha activado? Porque hay una carga, la forma en la que transmitimos siempre tiene una carga. Y a veces la carga tiene más que ver con una identificación rígida con respecto a nosotros.

La forma de responder es muy diferente cuando es desde un lugar en que me siento amenazado, porque la identidad o el personaje se me ha quedado tan pequeño, que no me está dejando espacio para cuestionarme y crecer más allá de esa identidad. A cuando realmente esa idea, eso que estoy leyendo, me está creando una diferencia en mi forma de verlo y en mi forma de entenderlo, en mis valores, son distintos, pero tengo espacio para la curiosidad.

No estoy de acuerdo en esto, y tengo la curiosidad por saber más. Pero no me está resultando amenazante. Y el lugar desde el que se responde es tan diferente y se percibe tan diferente, el primero tiene todo que ver con no sentirme seguro, con estar sobre identificada con ideas o con conceptos o con juicios que han creado mis narrativas internas y mis identidades.

El segundo es desde un lugar de flexibilidad, de tolerancia para la diferencia y de curiosidad, curiosidad de saber algo más de cómo son otros mundos que son diferentes al mío. 

Hace unos días hablaba en un post de Instagram sobre la rigidez como respuesta traumática.

Cómo la rigidez no solo en el cuerpo, a través de las defensas y las corazas que creamos para no sentir, sino la rigidez mental, los constructos y las estructuras internas que creamos cuando un ego es demasiado frágil, para darnos seguridad. Y que en cuanto son cuestionadas, cuando las ideas acerca de nuestro valor o los conceptos alrededor de los cuales y los personajes alrededor de los cuales nos hemos dado un sentido, son cuestionados, todas esas estructuras internas tan rígidas, se tambalean y se caen.

Cuando el concepto de ser está enraizado, cuando mi sistema nervioso tiene tolerancia para lo diferente, mi mente es mucho más flexible, igual que mi cuerpo, porque tengo capacidad para sostener esa diferencia.

*

Sentirse ofendido tiene todo que ver con una sobre-identificación con la idea que tenemos de nosotros, nuestras identidades, narrativas, prejuicios.

Identidades de personajes protectores a través de los que nos damos sentido de valor, propósito.

En la base, hay una biología, la fisiología de no sentirse seguro/a, de sentirse amenazado.

Estar en desacuerdo es otra biología totalmente diferente.

Es la biología de la curiosidad, de acercarse a la diferencia del otro queriendo saber más, y tal vez con esa información, abrir puertas y ventanas dentro de nosotros hacia paisajes nuevos, o no, simplemente descartar lo que no resuena para mi.

Pero en ese descartar, mi sistema nervioso no se siente amenazado. Y como no siente amenaza, no es reactivo.

La carga de ambas respuestas (me siento ofendido y amenazado vs me siento en desacuerdo) se siente muy diferente.

Un sistema nervioso que se conoce, y puede distinguir bien ambas biologías y la diferencia somática que se siente en el cuerpo, puede sintonizar inmediatamente con el lugar desde el que llega la respuesta del otro (un lugar de inseguridad vs un lugar de seguridad cuestionada).

Es la diferencia entre sentirse en desacuerdo o sentirse amenazado.

Cada vez que algo resulta una amenaza para mi, puedo sentir claramente en mi cuerpo cómo algo se me ha quedado pequeñito (una idea, una creencia, un prejuicio…) y me hace feliz la oportunidad que me da la ocasión para ampliar mi mente y mi Ser hacia algo más grande.

Cada vez que no estoy de acuerdo con algo, la sensación en mi cuerpo es muy distinta. Sigo en mi centro, siento mi eje, me siento segura Y no estoy de acuerdo, pero hay apertura y disponibilidad para saber más. 


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