Cerebro y Crítica - Nazareth Castellanos

Hoy me gustaría recuperar una publicación que hice hace un tiempo porque nuevos estudios apoyan aún más el cultivo de la amabilidad en nosotros mismos.

Un estudio realizado en dos universidades de Inglaterra concluye que la actitud hacia nosotros mismos transforma la anatomía del cerebro.
Una actitud CRÍTICA favorece aquellas zonas cerebrales que promueven la ansiedad, depresión, trastornos de la alimentación, y desequilibrios psicológicos.
Por el contrario, una actitud de AMABILIDAD hacia nosotros mismos promueve aquellas zonas del cerebro que nos protegen frente a la ansiedad y depresión, y refuerza las zonas del aprendizaje creando mayores recursos para la cognición.
Decía Lao-Tse que la amabilidad crea confianza. Desde la neurociencia hoy se cree que, dadas las zonas cerebrales involucradas en la actitud amable hacia nosotros mismos, la amabilidad interviene en la confianza que tenemos sobre nosotros. Cada comportamiento nuestro es registrado por el cerebro. La respuesta crítica y dura ante una actuación supone un aprendizaje negativo que crea inseguridad ante la generación de nuevas respuestas en la vida. Por el contrario, cuando la amabilidad es la respuesta ante un comportamiento se favorecen los mecanismos de aprendizaje de la conducta, creando confianza en uno mismo y por tanto mejorando la actitud.
Según estos estudios la critica o amabilidad es la recompensa sobe la que aprende nuestro cerebro ante nuestra propia conducta. Una recompensa amable hacía nosotros favorece el desarrollo de conductas saludables y la confianza en nosotros.
Hace unos días hablaba con mi querido y respetado amigo Karma Tenpa (@karma_tenpa ), monje budista. Me contaba que para él la mejor definición de amabilidad son las manos que pintó Rembrandt en su obra “El retorno del hijo pródigo”. Según cuenta el evangelio, un padre recibe con amor, ternura y fiesta a un hijo que, arrepentido, vuelve a casa después de haber malgastado su herencia. Esas manos describen la ternura con la que nos recibimos y sobre las que se cimienta nuestra conducta.

Referencia científica: Having a word with yourself: neuronal correlates of self-criticism and self-reassurance.


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