Ser amable vs. Ser simpático - the.holistic.psychologist

Una de las cosas más importantes que he aprendido en mi propio viaje es la diferencia entre ser simpático y ser amable.

Pasé gran parte de mi vida siendo simpática: complaciendo a las personas para evitar mi propia incomodidad, traicionándome a mi misma para mantener relaciones o diciendo “si” a las cosas desde la culpa.

Ser “simpática” era yo haciendo lo que estaba condicionada a hacer desde que era niña: siendo hiper-vigilante a las emociones de los que me rodeaban, sin querer molestar a nadie.

En el proceso no estaba siendo simpática conmigo misma.

Hoy elijo ser amable. Este es un salto enorme porque la amabilidad no tiene una intención oculta.

La amabilidad se trata de dar, ayudar, inspirar a las personas no porque esperas algo a cambio, sino porque se siente bien. Y debido a que nuestro mundo necesita esto ahora más que nunca.

La amabilidad no se trata de complacer a alguien más, se trata de vivir la vida en alineación con tus propios valores sobre todo lo demás.

Cuando tengo la urgencia de volver a mi condicionamiento “simpático”, me pregunto: ¿estoy haciendo esto porque está dentro de la alineación con mis propios valores o porque estoy tratando de controlar la percepción de alguien más sobre mí?

La parte difícil de ser amable significa que tendrás que definir límites, removerte de situaciones tóxicas y necesitarás estar dentro de una integridad plena – incluso cuando las personas no están mirando.

Todos conocemos personas simpáticas.

Están típicamente agotadas. Sobre-cargadas. Justo bajo la superficie hay resentimiento. Una sensación consistente de ser dado por sentado. Usualmente sus relaciones son transaccionales (tu me das y yo te daré de vuelta). Cuando somos simpáticos no estamos en alineación con nuestra propia integridad, estamos al capricho de la opinión de otras personas.

Cuando escribí @howtomeetyourself me enfoqué en algunos ejercicios sobre descubrir cuáles son tus valores. Eso importa. La mayoría de nosotros nunca llegamos a conscientemente elegir nuestros propios valores o lo que es significativo o importante para nosotros. En cambio, dejamos pasar por validación externa. Esta es la base de la baja auto valoración y el comportamiento “simpático” crónico. El tema es, no es realmente ser simpática- es un intento para controlar la percepción que los demás tienen de nosotros.

La validación interna es lo que necesitamos construir:

¿Está esta elección al servicio de quien quiero estar?

¿Está mi ego siendo hiperactivo y dirigiendo mi elección?

¿Esta acción contribuye al mundo que quiero ver?

Estoy ayudando a los demás desde un espacio puro o estoy controlando a las personas mientras lo etiqueto como “ayudadora”.

¿Estoy haciendo lo que siento que es “correcto” porque quiero alabanza o porque estoy sanando la relación conmigo misma?

¿Esto requiere que me traicione? ¿O que traicione mi propia integridad?

Plantéate estas preguntas. Toma un tiempo en silencio para obtener las respuestas.


Commentaires

Articles les plus consultés