Desarrollo emocional - the.holistic.psychologist

Un niño que no pudo desarrollarse emocionalmente de convierte en un adulto que se toma todo personalmente, es altamente defensivo y lucha para expresar lo que en realidad siente.

Es porque:

El desarrollo emocional comienza al nacimiento y a lo largo de la infancia, donde aprendemos cómo identificar, regular y comunicar nuestras emociones.

Si fuimos criados en un hogar en el que fuimos parentalizados (hechos para ser el cuidador emocional para un padre), donde un padre está muy ocupado o trabaja de más o donde la rabia de un padre o la inestabilidad emocional dirige el clima del hogar: no llegamos a desarrollarnos plenamente emocionalmente.

Nuestro único foco se convierte en estar seguro en el entorno, así que lo enfrentamos volviéndonos hipervigilantes.

La hipervigilancia es una sintonización elevada con el entorno. Lo que quiere decir que sentimos las emociones de los demás o los cambios en las expresiones faciales, el tono o el comportamiento.

Sabemos cuándo el humor de un padre va a cambiar y cómo eso nos impactará, cuándo podríamos ser castigados o humillados o cuándo un padre podría distanciarse de nosotros completamente (por ejemplo, el tratamiento del silencio).

Aprendemos a adaptarnos rápidamente para cuidar las emociones de quienes nos rodean. O manejamos estas emociones lo mejor que sabemos como lo hacíamos de niños. 

Algunas veces esto se confunde con empatía. No lo es. Es un mecanismo de supervivencia.

El resultado: somos inmaduros emocionalmente. Esto significa que somos incapaces de saber lo que sentimos, cómo expresarlo o incluso si está bien sentir lo que sentimos - muchos de nosotros hemos sido avergonzados por nuestras emociones: “deja de ser dramático” “no seas tan sensible” “sé valiente”.

Todo se siente personal porque en un tiempo en nuestras vidas, lo era.

Con el foco en lo externo, tuvimos poco tiempo para auto-consciencia, auto-reflexión o regulación emocional.

La hipervigilancia a largo plazo crea desregulación del sistema nervioso.

Nos hacemos altamente reactivos a quienes nos rodean porque hemos aprendido que las personas no son seguras y que debemos defendernos.

La inmadurez emocional es el resultado de hacernos responsables por las emociones de un adulto de niños.

Este nunca es el rol de un niño,. No es un rol que sea capaz de llenar.

 


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