Límites Heridos - Lissa Rangin

Si no fuéramos conscientes de que muchas personas en nuestra cultura tienen límites heridos, el 2020 seguro lo hizo evidente. ¿De qué se trata todo esto? ¿Por qué muchos de nosotros tenemos límites heridos y qué significa tener límites saludables?   

Comprender límites evoca muchas cuestiones confusas:

¿Podemos ser personas agradables, simpáticas y aún tener buenos límites?

¿Puedo mantener mi mente y mi corazón abiertos y aún así apuntalar mis límites?

¿Los límites interfieren con la intimidad o la apoyan?

¿Cuál es la diferencia entre muros y límites?

¿Por qué algunas personas se sienten con el derecho de cosas que no tienen derecho, mientras otras no se sienten como si merecieran incluso los tipos de protección más básicos? 

¿Por qué algunas personas parece incapaces de decir no, mientras otras parecen incapaces de escuchar o respetar un no?

¿Porqué algunas personas dicen no para cuidar a otros, cuando la amabilidad y la intimidad requeriría que se muestren por sus seres amados mientras que otros se distorsionan para decir si?

¿Porqué algunos dicen que no reciben cuidado, incluso cuando los demás genuinamente quieren apoyarlos?

¿Hay una forma para definir y reforzar límites (sin ser controlador o abusivo) que incluya las necesidades de uno mismo y de las otras personas y si la hay, cómo practicamos esa clase de definición de límites?

Pude relacionarme con la confusión en torno a los límites de manera personal. Cuando mi terapeuta comenzó a hablarme por primera vez sobre mis límites sueltos, en mis treinta, yo la desconecté. La juzgué como rígida, inflexible, prejuiciosa, muy seria, espiritualmente incapacitada y carente de toda la diversión, amor, conexión y carácter juguetón que los límites sueltos te permiten disfrutar. En otras palabras, no había sido lo suficientemente herida por los límites sueltos – o no me había dado cuenta cómo estaba hiriendo a los demás- para comprender totalmente los riesgos que llegaría a conocer muy bien.

Sólo hasta ahora estoy aprendiendo realmente a comprender cómo suceden las lesiones en los límites a través del trauma infantil – y cómo los límites demasiado flojos o demasiado rígidos o inflexibles que resultan, sin culpa nuestra – pueden paralizar nuestras vidas. Las buenas noticias son que el trauma puede ser sanado, las heridas de límites pueden ser reparadas, límites saludables que no son tan rígidos ni tan porosos pueden ser restaurados o reforzados, y dos personas con buenos límites pueden aprender a negociar necesidades, deseos y preferencias de maneras saludables. Si.

Los terapeutas, libros de auto-ayuda y programas de recuperación nos inculcan la importancia de límites saludables y con razón. Sin límites que nos protejan del maltrato y límites que nos contengan de maltratar a los demás, las relaciones son a menudo inseguras, la confianza se erosiona y la intimidad que todos anhelamos es difícil de encontrar y sostener.

El problema es que cuando las personas aprenden límites por primera vez, con frecuencia erigen muros que empujan la intimidad que nuestros corazones tanto anhelan. Mientras que un golpe de empoderamiento puede definitivamente ayudarle a protegerse de relaciones abusivas, también puede convertirlo de felpudo desempoderado en un imbécil empoderado. De la misma forma, los límites rígidos o ultimatums – que a veces pueden ser demandas unilaterales- pueden ser mal usados para controlar, incluso en formas abusivas.

Los límites rígidos y unilaterales destinados a proteger a la persona que lo define, lo que llamo “límites 1.0” pueden ser necesarios para mantenerte segura, incluso si hieren a otros. Y está bien. A veces esa clase de limites son los mejores que vamos a tener. Pero si dos personas heridas por los límites están en recuperación de los traumas que hicieron daño a nuestros límites en primer lugar, un nuevo nivel de intimidad es posible con lo que llamo “límites 2.0” una forma de negociar límites basada en Sistemas de Familia Interna – para que las dos partes puedan cooperar y comprometerse con satisfacer sus necesidades relacionalmente.

Mientras existen muchas herramientas de comunicación útiles que intentan ayudarnos a definir límites, gestionar detonantes y negociar el conflicto, la mayoría de nosotros olvidamos las “reglas” en el momento en que estamos detonados. Mientras puede ser útil enseñar a nuestros cerebros racionales herramientas de buena comunicación y reglas sobre los límites, la realidad es que nuestros cerebros emocionales a menudo no son tan racionales en el evento de un detonante traumático.

¿Por qué? Porque cuando estamos detonados, el cortex prefrontal tiende a apagarse y ahora estamos reaccionando desde nuestros cerebros reptiles y las partes reactivas, irracionales y emocionales de nosotros que son menos bien-comportadas pueden saltar. Aunque esas partes reactivas pueden pensar que nos están protegiendo, ellas también causan daño en nuestras relaciones cuando estamos afligidos. Porque nos congelamos o fallamos en proteger nuestros límites, peleamos en formas que pueden no ser justas, huimos en formas que pueden sentirse como abandono para alguien más o nos volvemos serviles cuando deberíamos estar defendiéndonos, todas estas grandes herramientas que pueden salir de la ventana cuando estamos bajo estrés.

Desde la perspectiva de Sistemas de Familia Interna, podemos dejar que nuestro Ser Divino negocie y refuerce límites saludables en lugar de confiar únicamente en la mente racional para memorizar todas las reglas y recordarlas cuando estamos detonados, es más probable que podamos navegar dinámicas relacionales desafiantes, incluso en el calor de violaciones de límites y las emociones dolorosas que pueden acompañarlas.

Los límites no tienen que ser unilaterales o duros ultimatums. No tienen que ser muros encerrados que mantienen fuera la intimidad. Pueden ser negociados mutuamente, relacionales y constructores de intimidad en formas que acerquen a las personas en lugar de dividirlas destruir la intimidad. Aunque es importante aprender las bases de Limites 1.0 antes de aprender la definición de límites relacionales avanzada, basada en trauma, IFS. Límites 2.0 puede ayudarnos a definir y mantener límites que honren a todas nuestras “partes” interiores mientras también honran todas las partes de alguien más, que quiere ser un compañero de práctica íntimo y seguro para aprender límites saludables juntos.

Esta clase de definición de límites aplica no solamente a relaciones románticas o familiares. Los límites saludables son también cruciales para las amistades cercanas, negociaciones de negocios exitosas, y mediación en conflictos de toda clase, incluyendo el abordaje de traumas colectivos y conflictos culturales. Porque aprenderás a conocer tus propias “partes” antes de comprometerte en cualquier límite relacional, es también una herramienta profundamente sanadora para el crecimiento personal, auto-consciencia, desarrollo espiritual y cultivo de intimidad.

Para impartir las herramientas prácticas y psico educación necesaria para enseñar, me tomó una década de terapia, para aprender e integrar.

Si te cuesta decir no, tiendes a ignorar tus límites personales porque temes perder a alguien o que se salga de tu control si no colapsas a lo que ellos quieren o piensas que el amor siempre tiene que lucir una cara suave, dulce o amable y temes ser percibido como duro si defines límites y por muchas otras razones que puedes explorar.

Aprenderemos a crear límites saludables, dejar de tolerar lo intolerable y aprender a responsabilizar a las personas, expandir nuestra comprensión de límites saludables para incluir el activismo social y sanar el trauma colectivo de nuestra cultura.


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