Lección 5 de 7: Consolidar tu aprendizaje- ¿Cómo está mostrándose el Sueño imposible en tu vida? - Bethany Webster

El maternazgo interior es el puente desde el “sueño imposible” de la infancia a realmente “vivir el sueño” como una mujer soberana, empoderada y madura de hoy.

Como niñas pequeñas desarrollamos el “sueño imposible” de que nuestras madres se transformaran en las mamás que anhelábamos que fueran, así entonces podríamos finalmente obtener el amor que ansiábamos y merecíamos.

De niñas, el sueño imposible era un mecanismo de supervivencia para protegernos de sentir el desespero y la devastación de la verdad de cuán malo fue en realidad, que estábamos mal equipados para enfrentar como niñas el apoyo insuficiente en nuestros hogares. El sueño imposible nos ofreció esperanza y una sensación de control sobre la situación.

como mujeres, el sueño imposible aún aparece como una manera de hacer nuestra felicidad dependiente del comportamiento de otra persona o de circunstancias externas, poniendo nuestro bienestar fuera de nosotras mismas. Es una forma de esperar permiso o a alguien más que nos diga que somos valiosas, buenas y merecedoras de amor. A menos que tomemos acción, este patrón continúa indefinidamente.

El sueño imposible puede mostrarse en muchas áreas distintas de nuestras vidas. Los ejemplos pueden incluir elegir parejas románticas no disponibles, nunca sentirnos seguras o establecidas en nuestra carrera o vida laboral, estar en un ciclo de auto-sacrificio, agotamiento o cansancio, ser rígida o controladora en la vida y en las relaciones o demasiado pasiva y temerosa frente a las elecciones de vida.

Para renunciar a nuestro sueño imposible, debemos duelar la impotencia e indefensión que experimentamos de niñas, cómo nada puede cambiar eso y hacer que desaparezca.

Desistir de nuestro sueño imposible significa aparecer para nuestra niña interior comprometiéndonos con una práctica de maternazgo interior, en la cual llenamos el “vacío de madre” de lo que nos hemos perdido y cultivar un nuevo vínculo de amor, seguridad y pertenencia con nuestra niña interior.

A medida que nuestra niña interior duela, se siente más segura y se da cuenta que el pasado ha terminado realmente, podemos acceder más a la soberanía como mujeres adultas. Somos liberadas para expresar nuestra verdad más fácilmente, mantenernos firmes, definir límites, abogar por nuestras verdaderas necesidades y deseos y fácilmente alejarnos sin culpa de las personas, cosas y patrones que no nos benefician. El maternazgo interior nos ayuda a movernos de ser “orientadas externamente” a ser “orientadas interiormente”. Nos ponemos visceralmente en contacto con la verdad de nuestro valor inviolable, inocencia, bondad, sacralidad como parte de la vida. Somos valiosas porque existimos.

Nuestro bienestar se origina desde nuestro interior, no desde fuera. Esta es la seguridad última. La vida se trata más de juego, alegría, simplicidad, libertad y aventura.

Como mujeres soberanas, encuerpamos más fácilmente la inocencia y la exuberancia de nuestra niña interior integrada con la sabiduría y empoderamiento de nuestras yoes adultas.

Para tu diario:

Consolida tu aprendizaje…

¿Cómo está el sueño imposible mostrándose en tu vida ahora mismo? ¿Qué está en espera en tu vida? ¿Qué has tenido miedo de hacer o de ser? ¿Cómo se relaciona esto con las dinámicas con tu madre?

Nuestras relaciones naturalmente cambian a medida que nos sanamos, transformamos y evolucionamos. ¿Tienes algún miedo respecto a los cambios en tus relaciones a medida que entras más en tu poder y en tu soberanía? Sacar a la luz estos miedos debilita su poder sobre nosotros. 

A medida que sanamos, también comenzamos a sentir el regocijo de sentirnos más libres, más solidas, más amorosas y aceptándonos a nosotras mismas. Nuevas posibilidades emergen, a menudo de maneras mágicas que nunca habríamos esperado. ¿Qué te anima más sobre nuevas posibilidades surgiendo para ti a medida que sanas, creces y transformas? ¿Cómo visualizas que lucirá o sentirás?


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