Lección 2 de 7: Cultivar Seguridad interior para salir de la cerca invisible de la herida de la madre - Bethany Webster

Cuando éramos niñas, pudimos haber aprendido que amar a otros era equivalente a no darnos importancia, no causar problemas, ponernos de últimas, servilismo, trabajo emocional, complacer a las personas, etc.

Estas creencias están cableadas y a menos que hagamos algo al respecto, inconscientemente dictarán nuestras elecciones, pensamientos y comportamientos, tal como una cerca invisible.

Al crecer en un mundo patriarcal, el amor a menudo estaba definido como lealtad a las creencias y valores que tenía nuestra subyugación en el núcleo (a veces de manera abierta, otras más cubierta e insidiosas). Y esto fue reflejado en la sociedad, en todas partes, a través de los medios, las iglesias, escuelas, familias, etc.

Aprendimos que era más seguro ser subordinadas de otros. Ser soberana no se siente seguro, pudimos haber sido castigadas o avergonzadas por exponer nuestra verdad, mantenernos firmes o defender nuestras propias necesidades.

Como mujeres adultas, pudimos anhelar entrar en nuestro poder y soberanía, pero tal vez sentirnos confundidas porque a menudo nos detuvimos a nosotras mismas, colapsamos en duda, o auto-sabotaje en momentos cruciales de nuevos avances posibles.

¿Porqué sucede esto?

La razón por la que esto sucede es porque nuestra niña interior es la guardiana del portal de nuestros límites superiores, ella es una fuerza vital dentro de nosotras que aún equipara estar segura con lo que le enseñaron en el pasado, que es más seguro ser subordinada y que ser soberana es peligroso, puede llevar a un posible abandono, traición o pérdida de algún tipo.

Con nuestra niña interior en la rueda, podemos permanecer atascadas indefinidamente. Traer esto a nuestra consciencia es clave para crear un cambio duradero.

Resumen para llevar del día 2:

Como niñas creciendo en un mundo patriarcal, nuestras madres, familia y sociedad nos enseñaron que la seguridad reposa en el mundo exterior, en obtener aprobación externa mediante complacer a otros, ser subordinada, no amenazante y servil para ser amada y vista.

Para entrar verdaderamente en nuestro poder y soberanía, tenemos que ayudar a nuestra niña interior a cambiar su “algoritmo de seguridad” desde ver la subordinación como un camino a la seguridad a ver la soberanía como algo seguro.

El proceso de cómo hacer esto es llamado “maternazgo interior”

Nuestra niña interior no cambiará rápidamente y no podemos solo hacerlo mentalmente o conceptualmente en nuestras cabezas. Toma cultivar una relación amorosa con nuestra niña interior en el tiempo y ayudarle a ver que la soberanía realmente es segura. Hacer de la soberanía nuestra nueva opción, toma consistencia, práctica y compromiso a largo plazo. No es fácil pero si realizable y muy valioso.

Estamos llegando a la raíz de cómo nos oprimimos a nosotras mismas basadas en nuestro propio condicionamiento. “Seguridad interior” es el cambio fundamental de localizar nuestra verdadera seguridad y libertad en nuestro interior en lugar de fuera de nosotros mismos. Esta es la libertad y la alegría hacia la que nos dirigimos.

Para el diario:

La psicología del desarrollo enseña que la manera en que las madres se relacionan con nosotras cuando niñas se internaliza como nuestro sentido de ser como adultas. Nuestras madres podrían solamente ofrecer lo que ellas recibieron y si nuestras madres experimentaron trauma o abuso, probablemente nos heredaron creencias dolorosas y limitantes a nosotras como hijas, creencias que viven dentro de nosotras como mujeres adultas.

1. ¿En qué formas tu madre te transmitió mientras crecías, que era seguro ser subordinada (obediente, complaciente)? ¿Y cómo aún esto sigue apareciendo para ti como adulta?

2. ¿En qué formas aprendiste cuando niña que ser soberana (independiente, libre pensadora e individual) era inseguro, mal visto o incluso peligroso? Y cómo esto aún se pone en evidencia para ti ahora?

Un mensaje para tu niña interior: “Estoy aquí para ti. Eres merecedora de amor y buena en tu centro. Siento mucho que hayas experimentado tanto sufrimiento en el pasado. Estoy aprendiendo como cuidar de ti ahora. Estoy muy contenta de que hagas parte de mi vida”.

Hacia tu total curación y despliegue sin remordimientos.

Fuente: https://www.bethanywebster.com/

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