Intimidad con mi cuerpo - Serie Ejercicios

 5. Intimidad con mi cuerpo

Cuando surge una emoción desafiante o una situación inesperada me saca de mi centro, el primer órgano que salta es mi maravillosa mente solucionadora de problemas. Es como si creyera que sin importar qué emociones inusuales o movilizadoras surjan en mí, tengo que salir con una solución o una respuesta controladora desde mi centro de pensamiento. Pero si tomo una respiración y un momento de espacio para permitirme sentir totalmente esta onda incómoda antes de que la descarte y la bloquee o la resuelva, la urgencia convincente y reactiva de exagerar disminuye y una sensación menos ansiosa y más confiable queda. Esta es la Intimidad conmigo mismo.

Vivir íntimamente conmigo mismo, mis emociones y con las circunstancias que se despliegan a mi alrededor, toma un momento de espacio y de escucha. Este es el hábito que hay que cultivar. Elegir el espacio y no la reacción.

Pongo la palma de mi mano sobre mi corazón, y tomo una respiración y siento profundamente durante un momento. Naturalmente caigo en más armonía con lo que está sucediendo en lugar de luchar y resistir auto-reaccionando frente a ello.

Esta intimidad conmigo mismo me ha salvado de mucha angustia y ahorrado mucha energía. Incluso evita alienar a otras personas en mi vida en el trabajo y en casa.

1. ¿Qué le activa tanto que lo hace sobre reaccionar? Escriba tanto el activador o la situación que habitualmente lo activa y también, al lado, cómo ese comportamiento en los demás o esa situación es exactamente un espejo de sí mismo de alguna forma. 

Escriba en un lado de la hoja un ejemplo del estímulo perturbador que lo activa y en el otro lado, la respuesta a esta pregunta vital: “Si he dispuesto esta situación como un escenario de simulación para mostrarme a mí mismo algo sobre mí, ¿Qué sería?” Así es como participamos con las circunstancias desafiantes que encontramos. Es donde somos poderosos, no víctimas de nuestras circunstancias.

2. Vaya profundo en la fisicalidad pura.

¿Tenemos un pensamiento y entonces sentimos la tristeza o la preocupación que provoca? O comenzamos a descargar una emoción físicamente y entonces rápido como un destello, nuestro cerebro evoca una historia o drama para “justificar” o “dar sentido de” a este sentimiento y ofrecer una posibilidad de controlar esta incomodidad. De repente creemos que “si puedo resolver este problema en la historia o drama entonces esta emoción desaparecerá”.

Pero ¿qué tal si esa historia mental o drama estaba justo allí para ser un laxante para esa onda incómoda de descarga emocional tuviera lugar? ¿Qué tal si todos los problemas y circunstancias que nos generan ansiedad y miedo son simplemente nuestro órgano mental equivocado y solucionador de problemas representando una película de Holliwood enredada junto con nuestro genial sistema de excreción emocional del cuerpo. 

Hay problemas reales que surgen en una vida humana, accidentes y enfermedades, pero el 95% de sus miedos y ansiedades diarias nunca llegan a suceder. Como dijo Mark Twain: “He atravesado algunas cosas terribles en mi vida, algunas de las cuales pasaron realmente”. 

Ahora piense en algo que le preocupe. Sienta cómo comienza a activarse en su vientre o en su plexo solar o donde quiera que su cuerpo comienza a despertarse y sentirno. Anote dónde en su cuerpo vive hoy, dónde en su cuerpo genial ha decidido descargar algunas emociones. Y cada vez que este tema surja de nuevo en su cabeza, de nuevo note dónde está viviendo hoy. Se puede mover mucho, o puede permanecer local, en ciertas áreas usuales. La garganta, el pecho, el plexo solar y el vientre, son áreas comunes pero hay más. Algunas personas creen que todos sus malestares físicos son extensión de esta idea.

Siga el rastro de dónde viven en su cuerpo sus diferentes miedos y ansiedades hoy. Anote las áreas físicas en las que habita frecuentemente esta o esa historia o tema y experimente con permitir que el genio del cuerpo haga su descarga sin estimularla e interrumpir el proceso aferrándose y enredándose. 

3. Baje la velocidad y sienta cada centímetro de sí.

Esto se siente particularmente relevante para los hombres. Veo a mi pareja invertir mucho más tiempo que yo aplicándose crema y aceites después del baño. Es un placer verla. Es como una escultura viva cuando se ocupa de los elementos y áreas de su cuerpo sin afanes, con concentración total y presencia.

Noto cuán extraño es para mí entregarme esa clase de presencia concentrada, íntima. Experimento lavarme el cuerpo y el cabello como un proceso simplemente funcional, eficiente en el tiempo. Así que ahora deliberadamente tomemos por lo menos tres veces más en cada etapa de las abluciones. Lave cada área o fisura de su cabeza y cuerpo con presencia enfocada y atención en sus dos manos y las sensaciones de su cuerpo. Séquese de la misma manera, lentamente, con atención a cada centímetro y cómo cáda parte se siente al ser secada. 

Finalmente escoja su aceite o crema favorita y aplíquela en todo su cuerpo desde la cabeza hasta los pies con lentitud amorosa y presencia, notando cómo cada área de su cuerpo se siente. ¿Surge la impaciencia?

Puede ser emocional sentir tal nutrición de si mismo. Puede ser incluso un punto de inflexión profundo. No se sorprenda si queda planteándose a sí mismo la pregunta obvia: “¿porqué he esperado hasta ahora para hacerlo?”


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