Todos florecen - Marion Woodman

Cuando digo lo femenino, no quiero decir género. Me refiero al principio femenino que vive - o está reprimido- tanto en hombres como en mujeres. El principio femenino intenta relacionarse. En lugar de dividir las cosas en partes, dice, ¿Dónde nos parecemos? ¿Cómo podemos conectar? ¿Dónde está el amor? ¿Puedes escucharme? ¿Puedes realmente escuchar lo que estoy diciendo? ¿Puedes verme? ¿Te preocupa si me ves o no? 
Ahora, estas son preguntas muy serias. Y es difícil hablar sobre el femenino porque muy pocas personas lo han experimentado. El femenino es presencia y conexión, y un corazón que puede abrirse de tal forma que cuando encuentra a otra persona en realidad está viendo el ser auténtico de la persona. ¿Qué significado tiene una vida humana si nadie te ha visto alguna vez?
No puedo decirte el número de personas - hombres y mujeres - que se han sentado en mi consultorio, sollozando diciendo "Nadie me ha visto. Nadie nunca ha tenido tiempo de escucharme. Así que no soy merecedor de amor" - la palabra más triste en el lenguaje. Algunas veces he tenido una inundación real de emoción por alguien y extiendo mi mano y me dice, "no me toques. No merezco amor". Y lo dicen en serio. De niño, esa persona fue criada donde lo femenino no estaba presente. Tienes que experimentar lo femenino para comprenderlo.
Pregúntate a ti mismo: ¿De niño, quién te vio? ¿Quién te escuchó? ¿Había alguien con quien podías ser totalmente tu mismo y en quien podías confiar las respuestas de tu corazón y expresar las respuestas de tu alma? Alguien que te hiciera pensar, "Dios, soy alguien. Ellos están felices porque yo estoy aquí".
El gran trabajo de nuestro tiempo es traer lo femenino a esta cultura. Y no es un camino fácil. ¿Cómo contribuye cada uno de nosotros? Créelo o no, se hace en las maneras más personales. Toma tiempo para escuchar tus sueños, escríbelos. Toma tiempo para reconocer que hay cosas que suceden en tu interior que necesitan ser sentidas, dichas o vividas o dueladas. Da atención a esas cosas tanto en ti mismo como en las personas en tu vida. Da atención al ser auténtico.
...El amor es el poder real. Es la energía que aprecia. Entre más trabajes con esa energía, más verás cómo las personas responden naturalmente a ella, y más vas a querer usarla. Despliega tu creatividad y ayuda a florecer a todos los que te rodean. Tus niños, las personas con las que trabajas - todos florecen. 

- Marion Woodman

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