La Rabia: La Emoción Prohibida

La rabia en las mujeres es la emoción prohibida por excelencia. Desde nuestra más tierna infancia se nos ha inculcado la idea de que las mujeres no podemos sentir rabia. No..., eso no va con nosotras. O al menos no con esas mujeres aceptables que, en el fondo, todas deseamos ser. Porque todas necesitamos ser aceptadas y amadas por la manada que, a día de hoy y a gran escala, es nuestra sociedad.
Se nos ha negado la rabia y con ello nuestra capacidad de actuar en el mundo.
La rabia, cuando es permitida, funciona como un propulsor que te impulsa, irremediablemente, a actuar; produce fuego y con él se transforma la emoción en sí en una acción que, sin duda, te llevará más allá de donde estabas. Negar la rabia de las mujeres es, pues, negar su capacidad de acción en el mundo. La rabia mueve a la mujer de un lado a otro.
Se nos ha enseñado a esconderla, a disimularla con una sonrisa, a apretar la mandíbula y a maquillarla con mil y un disfraces. Se guarda con recelo en el desván. La mayoría de las mujeres, en mayor o en menor grado, fingimos que la rabia no va con nosotras.
Y cuando no se le permite manifestarse, la rabia produce un adormecimiento y una dosis de anestesia que nos frustra a niveles insospechados. Estamos perdiendo intensidad al integrar como propias creencias limitantes como esta, que no sustentan la vida.
Piénsalo: la rabia y el placer han quedado excluidos de la vida social.
No está bien visto mostrarse como una mujer rabiosa... y tampoco como una mujer deseosa.
Mira la naturaleza. Observa las imágenes de un volcán en erupción e intenta captar la intensidad del momento, la vivacidad con la cual la lava emerge desde el útero de la Madre Tierra, a veces tan tierna y acogedora y otras tan viva y desgarradora. Esa eres tú.
De esa rabia emergerá la compasión de nuestros corazones, porque todo nace del mismo fuego: el fuego de tu corazón.
¡Arder en rabia es más que saludable; es necesario para que la vida continúe! Lo que no es saludable es ahogarla y consumirte en ella. Las enfermedades son eso, emociones reprimidas.
Una mujer que esté en contacto con su rabia es una mujer transformadora. Descubre tu fiereza, tus ganas de amar la vida, tu intensidad, y regálaselas al mundo.
Myriam Peña Sánchez-Garrido

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