Virginia Gawel: Conceptos y prácticas para el tiempo de cuarentena

Tiempo de estar en casa…
Nelson Mandela, 27 años en la cárcel y salir elegido presidente.
Fragmentos para transmitir fortaleza – la que sabemos que tenemos y la que no sabemos que tenemos.
Desarrollar disciplina: ser discípulo de lo mejor de uno mismo, ser discípulo de lo que uno cree, en lo que depositamos la confianza.
Disciplina es el camino hacia la felicidad en Oriente, disciplina de meditar, estudiar, escuchar a otros más sabios que uno.
El mundo ya ha vivido varias pandemias.
El malestar es humano, démosle espacio al miedo – auto-calmar el miedo.
En tiempos difíciles es el mejor momento para desarrollar paciencia y gentileza…
Todos estamos experimentando una gran vulnerabilidad.
Mandela se volvió un hombre de paz, se volvió abogado.
La “celda” es el lugar idóneo para conocerse a uno mismo, me da la oportunidad de meditar y evolucionar espiritualmente.
Soledad y silencio dan perspectiva sobre lo que era la vida.
Tomar un tema y estudiarlo. Algo que me ayude a comprender mi vida.
Comprender lo importante que es la tolerancia, no hay tiempo para la amargura sino para la acción.
¿Cuál es la acción? Pensar, discernir, aclararse, escribir, dejar un legado.
Cuando la sociedad es hostil, lo revolucionario es ser gentil.
Volverme más gentil con quienes convivimos.
Dar lo que tengo, nadie es tan pobre que no tenga algo para dar.
El aislamiento, no hay principio ni final, sólo tu propia mente.
A veces resulta engañosa. ¿tomé la decisión correcta? ¿valió la pena mi sacrificio?
El cuerpo humano tiene una enorme capacidad de adaptarse a circunstancias difíciles.
El cuerpo mismo tiene miedo… El cuerpo necesita que lo tratemos bien…
El espíritu sostiene…
¿Cómo he invertido el tiempo? ¿he cultivado mis afectos?
Es un buen tiempo para hacer una revisión – volver a ver - de nuestros vínculos.
Si muere mi padre… ¿está bien la última conversación que tuve con él? ¿le estoy exigiendo de más? ¿soy tan buena hija como el fue padre? ¿puedo ser mejor hija?
¿Es suficiente la razón por la que no le hablo a mi hermano?
¿Hace falta que diga ciertas palabras a una amiga con la que ya no me hablo?
En mi intimidad, considerar la posibilidad de que yo fuera a morir. ¿me da miedo?
Los budistas meditan para tener en cuenta que todo es impermanente, “esto también pasará”
¿Cómo voy a salir de esto?
¿Cuido lo suficiente al otro?
Hasta qué punto las palabras son preciosas, hasta qué punto el lenguaje tiene impacto en la forma en que la gente vive y muere.
No más sarcasmo, no más ironía, no más burlas…
¿Cuál es mi gesto?
¿Cómo hacer para que la convivencia en casa se vuelva más bella?
¿Cómo hacer para que sea amable?
Amarse aún en el desacuerdo… los pequeños detalles traen la felicidad.
De lo que aprendamos cada uno de nosotros, vamos a salir más ilustrados, habiendo estudiado, conversado…
Apostemos a la bondad desde la reclusión…
Existe una veta de bondad en los humanos, que puede estar escondida, y que luego emerge inesperadamente… aún la persona que nos parezca más antipática tiene un gesto.
Cuidado de la palabra, permitirse no caer en la amargura para transformarse…
“todo el mal del humano, deviene de que no sea capaz de quedarse quieto, a solas en su habitación”
Tal vez el que ha hecho mal, ahora, encerrado estará reflexionando.
Va a agradecer el que no era agradecidos…
Considerar el día y considerar cómo hemos actuado, para ser mejores personas.
Sentarse y respirar juntos… sentirse respirar…
Reconocer el misterio del otro…
Conozcámonos

Práctica para el temor: Minuto 40



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