Sufre el que se distrae ... - Mirta Medici

"No estás deprimido; estás distraído." recita una obra de F. Cabral. Y es verdad. Sufre el que se distrae... La persona distraída vive en "su mundo interno", en sus fantasías, rumiaciones o recuerdos, pensando en algo totalmente diferente a lo que está haciendo. No presta atención. Concentrarse es un proceso mental en el que interviene la voluntad. Fijo mi atención en lo que quiero. Pero, como la voluntad está influenciada por las emociones, ejercerla para prestar atención plena, requiere de esfuerzo. El depresivo también "vive en su cabeza", pero focalizado en ideas y pensamientos negativos. Tiene visión de túnel. No "ve" nada de lo que sucede a su alrededor; sólo percibe la oscuridad del lugar, una única dirección posible y un único final. Su tristeza no le permite ver alternativas. En la depresión, la mente hace una abstracción selectiva y sólo piensa y recuerda aquello que tanto duele. El resto del mundo "desaparece". No puede ni quiere pensar en otra cosa. Es una manera de seguir aferrado a lo que perdió, porque la tristeza siempre tiene que ver con una pérdida. Perdiste una persona querida, un sueño, un proyecto, un trabajo, la confianza en alguien, la salud, un amor... Y sufrís. El dolor es inevitable, pero se sufre cuando se siente que lo perdido es todo lo que le daba sentido a la vida. Todo.
Dejar de sufrir no es olvidar ni dejar de amar. Es "soltar". Es dejar de pensar en lo que perdiste y focalizarte en lo que tenés. Es salir del túnel. Es prestar atención a cada minuto que vivís. Es poner la mente, el cuerpo y el alma, en cada paso que podés dar, en el aire que respirás, en el sol que podés ver, en abrazar a los que amás, en el tiempo compartido con amigos, en la comida que tenés para calmar tu hambre, en disfrutar del techo que tenés, en la sonrisa de un hijo, en la caricia que recibís, en la mirada que te comprende, en el sabor del mate por la mañana, en la ayuda que podés brindar, en la ducha caliente que podés darte, en la mano sincera que te extienden... Cosas grandes y pequeñas... Y la lista es interminable. Cuando focalices tu atención en estas cosas, el sufrimiento se detendrá, aunque sea por unos minutos. Y entonces, sólo es cuestión de "sumar minutos".

Afuera de tu mente, hay una vida. No está lo que perdiste, pero hay infinitas razones para seguir viviendo. No importa que tan importante sea lo que perdiste. Sólo cuando te mueras, habrás perdido todo.

El sufrimiento no te devuelve nada ni a nadie. Cuando pienses diferente, el sufrimiento habrá terminado. No te distraigas. No te deprimas.

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