La curación no siempre se supone que "se siente bien"

Uno de los mitos más peligrosos que hemos heredado es que la sanación se supone que "se siente bien".
No, no siempre. Algunas veces nuestra incomodidad en realidad se intensifica como la oscuridad emerge en la luz, a medida que el material inconsciente se abre paso hacia la consciencia, a medida que nuestras ilusiones antiguas arden. El dolor no está mal, no es un error ni un signo de que estamos condenados.
El dolor puede indicar en realidad que nuestro proceso de sanación se está intensificando, no estancándose; que en realidad estamos más despiertos y sensibles que nunca, más conectados profundamente con el aquí y el ahora, menos dispuestos a alejarnos.
Hay una tendencia en nuestra cultura a evitar la incomonidad de cualquier tipo, distraernos de ellas, etiquetarlas como "incorrectas" o "negativas" o incluso "no espirituales", meditarlas o medicarlas. Gran parte de nuestra medicina occidental está orientada a la eliminación de los síntomas, el silenciamiento de la interrupción, el entumecimiento del caos y el viaje hacia una "normalidad" socialmente aceptable.
¡Pero a veces, amigos, ya no tenemos ningún interés en "volver a la normalidad"! ¡Lo "normal" era el problema, no la solución! El status quo necesitaba cambiar. Era inestable y falso. Los viejos sueños nos mantenían atrapados.
A veces, nuestra "normalidad" necesita abrirse en el caos y la crisis, nuestro dolor y tristeza, frustración, agotamiento y dudas deben sentirse más que nunca antes, el corazón necesita abrirse más completamente.
Nuestro dolor no es un castigo de un dios crítico, ni un error en un universo roto, ni evidencia de nuestro fracaso e ignorancia poco ilustrada, sino una enseñanza espiritual profundamente viva.
Testigo de Jesús en la cruz. El dispositivo de su tortura se convirtió en su última invitación a la curación: el redescubrimiento de su propia Presencia irrompible previa de su encarnación humana, antes del tiempo mismo.
Considere la posibilidad de que, dentro de su sufrimiento, reciba una invitación: dejar ir, despertar del sueño de la normalidad, abrazar la vida en todo su quebrantamiento y asombro. Enamorarse de donde estás. Para salir de la historia del pasado y el futuro, y volverse hacia el momento presente, el lugar donde estás parado.
Deja que soplen los vientos, deja que las tempestades se enfurezcan, deja que todo lo falso sea purificado, deja que todo lo que está muerto permanezca muerto, deja que la vida explote donde estás. Solo te están invitando a una curación más profunda, aunque parezca dolor, aunque el corazón esté tierno y en carne viva, aunque aún no puedas sentir tu mañana.

– Jeff Foster

Fuente; https://www.lifewithoutacentre.com/essays-transcripts/healing-isnt-always-supposed-to-feel-good/

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