¿Eres peatón o peregrino? - Virginia Gawel

O se es un peatón, o se es un peregrino. O se oscila entre ser uno y otro. Ambos caminan. El peatón cree saber a donde va, y su única meta es llegar. El peregrino es llevado por el camino. Su meta no es llegar: su meta es que la anchura del camino le vuelva amplia su mirada.
El peatón se abre paso entre la gente para que no le interrumpa el llegar a su meta. La meta del peregrino, en cambio, es sagrada, y por lo tanto nada le impide llegar a ella, pues no es tal meta: siempre está ahí. Inclusive cuando se pierde, está yendo hacia encontrarse. No hay nadie a quien empujar, pues quien le interrumpe su peregrinaje también es parte de los aprendizajes que implica el peregrinar.
A veces el peregrino se olvida de que lo es, y se convierte en peatón. Pero el camino lo busca en sus entrañas, le genera nostalgia de lo numinoso, y en cualquier momento vuelve a ser peregrino, aún en las veredas más angostas de lo cotidiano.
El peregrino si tiene sed comparte su agua, si tiene hambre comparte su pan con otros peregrinos. ¿Y qué hace entonces con su hambre y con su sed? Los otros peregrinos, aunque estén sedientos, también le darán de su agua; aunque estén hambrientos, también le darán de su pan. Pues a eso vinimos: a darnos unos a otros, a recibirnos unos a otros. Todos tenemos carencias. Todos somos completos (pero quizás aún no lo sepamos).
Quien sólo camina es un peregrino que aún no se dio cuenta de que lo es. Dale de tu pan. Dale de tu agua. Pero dale su tiempo: nadie puede obligar a nadie a peregrinar.
El camino ancho siempre espera. Desde todos los siglos. O aun desde antes de que se inventara el tiempo. Escucha a tus entrañas. Ellas lo conocen.

Virginia Gawel

www.centrotranspersonal.com.ar Photos du journal · 1 avril 2017 ·

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