La tentativa de "Observar" el "Rasgo Principal". La "Memoria del Trabajo"

Maurice Nicoll

Practicar la “observación de sí” dos o tres veces al día nos procura gradualmente un trasfondo de momentos de mayor “conciencia de sí”, que la “no práctica” de ello, es decir “dormir” día tras día, identificado con todo el “suceder” de la vida.
En otras palabras podemos decir que la práctica de la “observación de sí” no es inmediatamente curativa pero es capaz en su tentativa de abrirnos los ojos gradualmente, en su extensión en el tiempo.
Digamos que si una persona ha hecho algo, sea lo que fuere, una y otra vez, y nunca se “observó a sí misma”, no será capaz de cambiar en si misma dicha cosa. Pero si la ha observado, aun en el momento de hacerla, durante largo tiempo, establece en ella la “memoria del Trabajo” que por una suerte de acumulación, hará que cada vez “quiera sinceramente” cada vez menos, hacer aquello que siempre hizo.
La “observación de sí” acompañada de la permanente tentativa de un “recuerdo de sí” crea así una “fuerza curativa gradual”.
Entiéndase que hay dos "memorias":
— una, la memoria ordinaria de una “persona dormida” que casi siempre se basa en los cargos internos y los estados negativos que en el trabajo llamamos también “memoria-vida”,
— y otra memoria que se forma en uno mismo como resultado en el tiempo por medio del trabajo y que se basa en la “auto-observación”. Esta memoria “más consciente” que se extiende a lo largo de los años es la que puede curarnos.
Recuerden, la luz puede curarnos. La luz significa “consciencia”.
Ordinariamente, vivimos nuestra vida sin que penetre en ella un solo rayo de luz. En otras palabras, no tenemos consciencia de lo que hacemos, nos limitamos simplemente a hacerlo una y otra vez.
Recuerden de qué modo se define la correcta “observación de sí”. El Trabajo dice que la “auto-observación” radica en dejar un rayo de luz en nuestras tinieblas interiores.
Pero, ¿Que son las tinieblas interiores?...
Es seguir comportándose tal como lo hacemos sin observar de qué modo se comporta uno, y si es así, se es el Hombre dormido, el Hombre mecánico, gobernados por las (48 órdenes) de leyes que obran sobre los habitantes de la tierra.
En otras palabras, es una maquina manejada por los aconteceres externos.
Ahora bien, hallarse en tal estado es extremadamente insatisfactorio según toda la enseñanza esotérica, incluso la de este Trabajo. Por supuesto, muchas gentes no se dan cuenta que son máquinas. Cada evento las toma negativas. Echan la culpa a la “vida” pero no a ellas mismas. Nunca se les ocurre que se puede obrar sobre esos eventos que las inducen a reaccionar tal como lo hacen. Nunca intentan separarse del efecto que aquellos eventos producen sobre ellas.
Una “auto-observación momentánea” no cambia una persona directamente, más será el principio ya que llegará a tener una primera conciencia de su comportamiento.
Este cotidiano obrar sobre sí construye una nueva memoria que es capaz de cambiar a una persona. Empieza por debilitar la reacción inmediata a una situación dada. Esta “memoria nueva” y más consciente que resulta de la luz que penetro en ella, hará que le sea difícil comportarse siempre de la misma manera. Sentirá que ese modo de comportarse es impuesto, automático, tedioso.
Este lado del Trabajo siempre despertó mi interés. Las personas hacen siempre la misma cosa día tras día, sumidas en el sueño, así para ellas este comportamiento es siempre fresco, siempre nuevo. Pero si tienen la “memoria-Trabajo” edificada en ellas ya no querrán hacerlo más.
Tan solo con el desarrollo de la consciencia en el “Tiempo-cuerpo” se puede llegar a ver el Rasgo Principal. Se empieza, tal como lo dijo Gurdjieff una vez, a tomar fotografías de la propia vida, no instantáneas, sino “fotografías-tiempo”, y se descubre entonces que todo a lo largo de nuestra vida nos hemos comportado de un modo o de otro. Vemos así que siempre hemos sido un fastidio para las otras personass, que siempre hemos sido difíciles o deshonestos.
Claro está que el autorretrato que uno se forja de sí mismo, es muy diferente. Uno se ve como una maravillosa persona. Ahora bien, solo se logrará una “fotografía-tiempo” cuando el ejercicio diario de la “auto-observación” nos muestre las cosas, que en uno mismo, han estado controlando toda nuestra vida, todo lo que nos sucede. Así nos acercamos al descubrimiento de nuestro Rasgo Principal. Y esto se debe que con una correcta “auto-observación”, en combinación con una insistente tentativa de “Recuerdo de Sí”, se produce el acrecentamiento de la conciencia.
Recuerden que el Trabajo dice que solo un acrecentamiento de conciencia puede cambiarnos. Por eso lo que “alguien nos dice”, no puede cambiarnos directamente. Nada puede cambiarnos que este fuera de nosotros, sino tan solo lo que se es capaz de ver internamente acerca de sí mismo.

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