La mujer de hoy es una diosa

La mujer de hoy es una diosa y se reconoce como tal, porque tiene un cuerpo perfecto para crear vida, proteger la vida y luchar por la vida.
Reconoce la sexualidad sagrada como tal. Sabe que con sí misma o con un otro puede llegar a altos estados de conciencia. Sabe que el orgasmo le da fuerza, poder y energía creativa a todos sus chakras, no solo al raíz y sexual, sino que a todos.
Sabe que viene a disfrutar la vida, a vivirla en cuerpo y alma, a gozar de los placeres abundantes que le brinda el paraíso.
Se reconoce completa por derecho de nacimiento, llena de valores, de pensamientos amorosos, de alegría, de sueños, de pasiones y de sonrisas.
Es espontanea, ríe a carcajadas, baila cuando quiere, sale donde quiere y lo que quiere lo materializa, lo lleva a la acción y también sabe que la intención crea la vibración. Sabe de las energías por eso se cuida y se protege antes de levantarse y antes dormir, porque en las noches vuela, vuela por sus otros mundos.
La mujer de hoy no espera al príncipe azul, ni verde, ni rojo, tampoco a su llama gemela... ella simplemente vive, no esperando, sí disfrutando
Ella se ama por sobre todas las cosas, sabe que lo más importante en su vida es ella misma, no desde el ego sino que desde el corazón.
Se encarga de su sanación y mueve montañas para eso. Se encarga porque sabe que a eso vino y que si sana cada día más, significa que será más feliz y al mismo tiempo más libre.
La mujer de hoy es libre, nada ni nadie la detiene. Ella tiene objetivos claros y los lleva a cabo, sin barreras, sin límites y sin dudas.
Se sabe cíclica como la luna, sabe que tiene etapas su cuerpo, los conoce y los vive. Preovulatoria, ovulatoria, premenstrual y menstrual. Horna su sangre, no odia sus etapas, ve que en cada ciclo tiene un poder mágico para sacarle provecho. Ella siembra su luna cada mes y ritualiza como esas brujas antiguas y sabias de antaño. Se ve en sus ancestras de luz y de amor que siempre fueron.
Sabe que en todo el planeta, es la única que tiene un órgano solo para sentir placer y que no es un puntito, ni un botoncito, es más que eso.
La mujer de hoy sabe que existe un hombre más sano y en proceso de sanación conciente, respetuoso, amoroso, atento, consecuente, libre, sabio, mágico, salvaje, místico y completo.
La mujer de hoy comparte con mujeres de su misma vibración, mujeres sanadoras. Sabe que si ayuda a sanar, se está sanando al mismo tiempo. Resuena con la frase "si sana una, sanamos todas". Se espejea y al mirar a la otra se ve a sí misma. Siente su dolor, siente su alegría, siente a la otra como igual, no como competencia.
Si no es respetada y valorada, se silencia y desaparece, sin ruido, sin rabia, sin tormento, simplemente se va.
Respeta a las mujeres, a los hombres, a los animales, a las plantas y reconoce en cada uno su bello poder de amor y de amar. No es más que ninguno, es igual que todos, por eso es una con todo.
La mujer de hoy vive la calma, vive la templanza y lo que si busca es la paz, la paz de su interior.

Rishima Lemuria

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