Presencia -

Cuando hombres y mujeres se otorgan el regalo de la presencia absoluta tanto en si mismos como con el otro y permanecen juntos, relajados, fundidos, respirando, sintiendo el fuego inicial en un encuentro íntimo sin correr hacia ninguna meta, sin perderse en expectativas, emociones, pensamientos, miedos, sin buscar una satisfacción rápida y egoísta, esta poderosa energía sexual, esta atracción inicial puede expandirse por el sistema nervioso llenando el cuerpo de más energía.
A medida que se expande por el cuerpo, se va refinando hasta que llena los pulmones y el corazón y libera las más finas energías latentes. Esta experiencia es profundamente sanadora y nos recuerda nuestra divinidad, nos llena de amor, de sereno éxtasis! Un amor que no es emocional, infantil, posesivo y romántico, si no que irradia y nos conecta a la existencia con todo. Así perdemos el miedo a la muerte y celebramos esta existencia con profunda devoción.
ASTIKO

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