El camino de las profundidades - Jung
"...La individuación no es un lujo reservado a "almas hermosas" o a las personas especialmente dotadas, y mucho menos instruidas. Es una necesidad vital para el equilibrio del individuo y su plenitud y le permite conservar su integridad frente al colectivo. También es a través de los seres individualizados que se hace la evolución humana, porque el ser individualizado es consciente y firme en sí mismo. Iremos más lejos afirmando que la individuación es, en la actualidad, la condición sine qua non para la supervivencia de la especie. Las áreas que, hasta ahora, podrían dejarse más o menos a la conducta del instinto ya no pueden ser vividas de manera inconsciente e irresponsable. Tomaremos como ejemplo solo la superpoblación y el hecho de que dos tercios de la humanidad están gravemente desnutridos.
En fin, aún más grave, si es posible, es la destrucción masiva e irreversible de nuestro medio de vida. El ritmo de estra destrucción se acelera, lo sabemos, de manera continua y dramática, a medida que aumenta nuestra eficiencia técnica. No es necesario insistir en hechos y cifras que nos reporta la gran prensa, tampoco sobre las destrucciones de las que nos podemos dar cuenta por nosotros mismos, a condición de abrir los ojos. Notaremos solamente el hecho revelador que esta misma prensa relata la alternancia de sequías e inundaciones sin establecer la relación entre una y otras calamidades y el desequilibrio que es inducido en gran parte por el hombre. (Las consecuencias catastróficas reconocidas de la "concentración" de tierras no imiden que se continúen aplicando estas "medidas").
En el momento en que el hombre ha podido observar el desierto cósmico y constatar qué tan precioso y único era nuestro planeta en relación con sus vecinos, sería el gran momento para tomar consciencia del aspecto privilegiado de jardín que presenta nuestra tierra tan limitada, nuestro único bien real. Si quiere sobrevivir, ni debe procrear de manera inrresponsable, el hombre ya no puede tratar a la tierra con esta total inconsciencia. Es obligado a dar un paso más en la evolución de la consciencia.
Desde el punto de vista psicológico ¿qué sucede? El ser humano se encuentra aquí como víctima de un arquetipo no integrado: el de la Naturaleza, de la Gran Madre, Diosa de los bosques y de las bestias salvajes, de la fecundidad de los rebaños y de las mujeres, de las frutas y de las cosechas, cuyos dones son inagotables. Poseído por este arquetipo, no puede creer, incluso frente a los hechos y las cifras que le aportan la prueba de lo contrario, que la Tierra no pueda, milagrosamente, mágicamente, renovarse y que sea posible agotarla; también dilapida las riquezas como un niño totalmente inconsciente de las consecuencias de sus actos. Si es tan reacio a ser consciente del problema, es porque exigiría cuestionar esta imagen de la Tierra inagotable y "explicarse" con uno de los arquetipos más poderosos de todos, el de la Madre. Porque si la Madre-Naturaleza puede agotarse, si es necesario cuidarla, entonces perdemos la madre todo-poderosa, amante de todo, indulgente; entonces, debemos asumir, solos, ser realmente conscientes, adultos..."
Carl Gustav Jung et la voie des profondeurs .
En fin, aún más grave, si es posible, es la destrucción masiva e irreversible de nuestro medio de vida. El ritmo de estra destrucción se acelera, lo sabemos, de manera continua y dramática, a medida que aumenta nuestra eficiencia técnica. No es necesario insistir en hechos y cifras que nos reporta la gran prensa, tampoco sobre las destrucciones de las que nos podemos dar cuenta por nosotros mismos, a condición de abrir los ojos. Notaremos solamente el hecho revelador que esta misma prensa relata la alternancia de sequías e inundaciones sin establecer la relación entre una y otras calamidades y el desequilibrio que es inducido en gran parte por el hombre. (Las consecuencias catastróficas reconocidas de la "concentración" de tierras no imiden que se continúen aplicando estas "medidas").
En el momento en que el hombre ha podido observar el desierto cósmico y constatar qué tan precioso y único era nuestro planeta en relación con sus vecinos, sería el gran momento para tomar consciencia del aspecto privilegiado de jardín que presenta nuestra tierra tan limitada, nuestro único bien real. Si quiere sobrevivir, ni debe procrear de manera inrresponsable, el hombre ya no puede tratar a la tierra con esta total inconsciencia. Es obligado a dar un paso más en la evolución de la consciencia.
Desde el punto de vista psicológico ¿qué sucede? El ser humano se encuentra aquí como víctima de un arquetipo no integrado: el de la Naturaleza, de la Gran Madre, Diosa de los bosques y de las bestias salvajes, de la fecundidad de los rebaños y de las mujeres, de las frutas y de las cosechas, cuyos dones son inagotables. Poseído por este arquetipo, no puede creer, incluso frente a los hechos y las cifras que le aportan la prueba de lo contrario, que la Tierra no pueda, milagrosamente, mágicamente, renovarse y que sea posible agotarla; también dilapida las riquezas como un niño totalmente inconsciente de las consecuencias de sus actos. Si es tan reacio a ser consciente del problema, es porque exigiría cuestionar esta imagen de la Tierra inagotable y "explicarse" con uno de los arquetipos más poderosos de todos, el de la Madre. Porque si la Madre-Naturaleza puede agotarse, si es necesario cuidarla, entonces perdemos la madre todo-poderosa, amante de todo, indulgente; entonces, debemos asumir, solos, ser realmente conscientes, adultos..."
Carl Gustav Jung et la voie des profondeurs .
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