Individualismo radical (variaciones sobre el sagrado egoísmo) - David Testal



"Una y otra vez he visto cómo cuando un individuo tiene el extraordinario coraje de realizar un cambio radical y benéfico en su vida, de forma absolutamente egoísta, por su propio bien, sin tener a nadie más en cuenta por primera vez en su vida, de inmediato logra así un efecto alquímico y benéfico en su entorno, a veces de forma incomprensible y misteriosa, el mismo efecto que había buscado inútilmente hasta entonces sacrificándose por los demás, intentando ponerles como prioridad y creyendo que así los ayudaría. Sin embargo todos sus intentos fracasaron hasta que dejó de pretender el bien ajeno y se ocupó al fin de sí mismo.

El individualismo así entendido es la postura vital más generosa, pues ocuparse de uno mismo es la forma más rápida y directa de estar ocupándose de los demás, de la propia comunidad, es decir: del mundo. Hagamos lo que hagamos, sólo podemos aportar lo que somos. La buena intención de los amargados, de los tontos y de los cobardes, conlleva desgracias y conflictos. Todos se ven liberados y beneficiados cuando alguien deja de pretender solucionarles la vida y se responsabiliza de la suya. Son quienes afrontan esa responsabilidad quienes logran hacer algo significativo y profundo para los demás, incluso a veces sin proponérselo. Y son las personas sacrificadas y altruistas que buscan cambiar el mundo, que buscan ser consideradas buenas personas y concienciadas socialmente, quienes suelen estorbar y ralentizar toda transformación colectiva, toda evolución natural. Así que sed egoístas, radicalmente egoístas, si de verdad queréis ser generosos y buscáis el bien común. Si no venís a ayudar por una profunda satisfacción de ayudar, quedaos en casa, o estorbaréis y lo acabaréis estropeando todo. Convertíos, como señaló Gandhi, en el cambio que queráis ver en el mundo, y dejad en paz a los demás, por favor, que no nacieron para satisfacer vuestras creencias de cómo deberían ser las cosas ni para haceros sentir útiles. Dejad de pretender que el otro sea la persona que vosotros no tenéis el coraje aún de ser. Demostrad vuestra filosofía con vuestra vida. Lo que funciona no necesita ser impuesto y acaba atrayendo pacíficamente a sus mejores ejecutantes, que a su vez seguirán expandiéndolo pacíficamente. La violencia suele ser señal de que se busca imponer una mentira, pues sólo la mentira requiere ser impuesta. En libertad la verdad reina siempre, pues la verdad es el resultado de la libertad.

Es imposible que ser egoísta consista en ser malvado, más bien al contrario. Al dañar a otros, al pasar por encima de ellos, el malvado se labra a sí mismo la desgracia y tendrá que vivir bajo permanente amenaza, sin poder disfrutar nunca de la dicha compartida. Los malvados no son egoístas, no saben serlo, son simples imbéciles despistados. Es verdaderamente egoísta quien sabe que ocuparse antes de nada de sí mismo es estar ocupándose con cariño de su entorno, es estar haciendo lo que sabe y puede para que al menos quienes le rodean estén lo mejor posible. Individualista radical es quien se atiene a la verdadera raíz del individuo, que es la humanidad."

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