Este momento erótico - Jeff Foster

Cada momento tiene el potencial de ser erótico, en el sentido más profundo de esta palabra tan mal usada - cada momento, utilizado sabiamente, puede conectar con Eros, la fuerza vital cósmica, su sangre vital.
Gurús espirituals y amenudo los masculinos, hablan sobre la Consciencia, nuestra naturaleza real, como pura, limpia, prístina e intocable. La seguridad máxima. (El lugar oculto último sin cuerpo, también, si decimos la verdad).
Bien, si. La pureza es un aspecto de la Consciencia, con seguridad. Su amplitud. Su indestructibilidad. Su naturaleza vacía.
Pero escuche. La respiración sube y baja, sube y baja, en cada momento. La inhalación necesita la exhalación, la exhalación necesita la inhalación. Sin las dos, no puede haber respiración en absoluto.
El ascenso necesita el descenso. Contracción y expansión. Ligereza y profundidad. Nos mantiene vivos. Adentro y afuera. Quietud y movimiento. Trascendencia e inmanencia. Este el el círculo de la respiración, el círculo de la vida misma.
La consciencia hace espacio, pero también penetra. Sube al cielo pero también se arraiga a sí misma en la tierra. Relaja y se rinde, pero también entra y llena.
Es suave y dura, masculina y femenina, y las dos, y ninguna. Es nuestra naturaleza verdadera, nuestro coraje y nuestra vulnerabilidad, nuestra agua y nuestro fuego, nuestro ser erótico y vivo.
Algunas veces, en medio de pensamientos y emociones difíciles, necesitamos dar un paso atrás, caer en la Consciencia espaciosa, obtener algo de espacio y observar esos pensamientos y emociones, y saber que no somos esos pensamientos y emociones.
Nos enredamos mucho, nos enmarañamos. Nos perdemos a nosotros mismos en la forma.
Algunas veces, en las brumas de pensamientos y emociones difíciles, necesitamos dar un paso adelante, entrar en estos amigos con nuestra Consciencia, inundarlos con nuestra curiosidad, saber que somos esas formas, también. Necesitamos sentir más, no menos. Nos hacemos insensibles en el espacio, y para sentirnos vivos de nuevo necesitamos... acercarnos. Necesitamos penetrar en nuestra pena, nuestro miedo, nuestra alegría, nuestro deseo y nuestros anhelos, con nosotros mismos. Habitarlos con la respiración, con atención, con el corazón.
Nos volvemos ausentes, trascendentes. Nos perdemos a nosotros mismos en lo que no tiene forma.
La consciencia no es un lugar para aterrizar, un destino, una utopía lejana, es una danza misteriosa de perder y encontrar, erótica, tántrica, algunas veces acercándose, algunas veces alejándose, algunas veces desconectándose, relajando, abriendo, expandiendo, quedándose absolutamente quieto en el medio del movimiento, y algunas veces empujando, acercándose, o llenando o siendo llenada, sabiendo y no sabiendo, de agonía y éxtasis y contracción y reposo.
Entremos en unión erótica entonces, con nuestras alegrías y dolores ordinarios, nuestro aburrimiento y nuestra dicha, nuestros corazones cerrados y nuestros corazones rotos y nuestros anhelos más profundamente humanos también. La consciencia es pureza, si, pero dejémosla enamorarse de esta imperfección humana, con la "suciedad"hermosa de todo esto, con el sudor y el dolor y el fuego y la soledad y la vergüenza. Dejemos que la Consciencia llore, dejémosla ser pegajosa y caliente y desordenada y sudorosa en su pureza condenada, que tenga forma de padre, de protección, de absorción, de satutación con sí misma y de devenir. Y en otros momentos, deje que la consciencia se relaje y tome espacio de la forma, sin protegerse, deje que envuelva la forma, materne la forma y de nacimiento a la forma de lo informe y sea Uno con ella.
Deje que la Consciencia sea femenina como también masculina, déjela mantenerse alejada de pensamientos y emociones y sonidos y olores y "obsérvarlos" amorosamente pero entonces deje que entre en ellos totalmente también y los llene de sí misma, déjela ser receptiva y suave y abierta, fluida e intuitiva, entregada y vacía, pero también fuerte, valiente, firme y llena de vida, dispuesta a seguir adelante en territorios inexplorados, dispuesta a dejarse caer en regiones abandonadas de nuestra humanidad, iluminar las regiones tiernas poderosamente con su radiancia inextinguible.
Que la consciencia nazca y muera a sí mismo en cada momento. ¡Esta es verdadera meditación!
A veces necesitamos ser el espacio alrededor de nuestro cuerpo y saber, "no soy el cuerpo", y aveces necesitamos entrar al mundo de los sentimientos y las sensaciones totalmente, y saber, "soy el cuerpo, también". Algunas veces necesitamos traer Consciencia espaciosa a las emociones, envolver nuestros brazos ligeramente alrededor de ellas, ser el entorno contenedor para ellas, y algunas veces solo necesitamos sentir nuestras emociones más plenamente, necesitamos penetrarnos completamente, necesitamos rendirnos a nuestra humanidad rota y frágil y apasionada, en asombro y en reverencia, y sollozar y gritar y temblar y suspirar y sentir tan mal o tan bien como necesitemos sentir con el fin de sentirnos mejor otra vez.
Algunas veces necesitamos inhalar, algunas veces necesitamos exhalar.
Reducir la velocidad. Acelerar.
Subir, caer.
Fallar. Volver a subir.
No saber qué estamos haciendo.
Detenernos. Comenzar de nuevo.
Sonreir a nuestros errores.
Estara aquí.
Aquellos que dicen "no eres el cuerpo", solo tienen medio razón.
Quienes dicen "eres el cuerpo", solo tienen medio razón
Nunca lo resolveremos.
No tenemos elección al final, de todos modos.
Todos debemos unirnos al baile.

- Jeff Foster

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