Hombre y Mujer - el animus y el anima

"Si el hombre integra su Anima el mismo desarrolla: la capacidad de sentir lo que pasa en el otro ser humano, desarrolla la rectitud del carácter, la ponderación de la justicia, la sensibilidad al lidiar con el otro, el sentimiento de justicia, la solidez, la gentileza, libertad de sentir, la creatividad, la capacidad de oír, la integración con la familia, la capacidad de liderazgo, encuentra un sentido en la vida, respeto y devoción, el interés por la ecología.
Si la mujer integra su Animus ella desarrolla: capacidad de concentración, capacidad de actuar, pensamiento claro, ecualizar la simpatía y la antipatía, volviéndose fuerte mas no “machona”, raciocinio lógico, objetivar sentimientos y no dejarse llevar por ellos, comprender al hombre de manera más completa, tener metas y aspiraciones y conseguir traerlas a tierra, la capacidad de controlar el habla, la capacidad de mantenerse neutra y no crear conflictos, capacidad de acoger y cuidar de otro, comprensión mas amplia de su papel y la entrega a la familia, una fuerza de discernimiento diferenciando la realidad de la fantasía.”
Esas fuerzas de los arquetipos dentro de nosotros, que fueron denominadas por Jung como: Anima y Animus, el arquetipo de anima (termino latín para alma), constituye el lado femenino del hombre, y el arquetipo de animus (termino latín para mente o espíritu), constituye el lado masculino en la psique de la mujer. Ambos sexos poseen aspectos del sexo opuesto, no solo biológicamente, a través de las hormonas y genes, sino también, psicológicamente a través de sentimientos y actitudes.
Siendo la persona la fase externa de la psique, la fase interna, una forma de equilibrio, son los arquetipos del anima y el animus. Todo hombre tiene dentro de si una anima y toda mujer tiene dentro de si un animus. Tenemos que  buscar el equilibrio, desarrollar e integrar estas dos facetas para volvernos, nuevamente, uno en el recorrido de nuestra biografía.
Tres fenómenos ocurren en las relaciones de personas que aún no están integradas, y que muchas veces los llevan incluso a su fin:

  • EL ESPEJO: el otro es para mi como un espejo, me encuentro conmigo mismo en el alma del otro. “No consigo más vivir sin el”, es un ejemplo claro del espejo, sin la individualidad del otro no consigo reconocerme.
  • LA PROYECCIÓN:  La imagen ideal femenina o masculina que vive dentro de nosotros es proyectada en el compañero, que siendo de carne y hueso, jamás consigue corresponder a la imagen ideal.
  • LA TRANSPOSICIÓN: una imagen condicionada por mi padre, madre, amante, amor platónico, ideal, que nunca fue confrontado con la realidad, que nunca fue efectivamente vivido, que permanece como imagen ideal positiva que se transforma en un verdadero fantasma en las relaciones, generando una expectativa sobre la pareja mas allá de la posibilidad humana.

LAS CARACTERÍSTICAS POSITIVAS DEL ANIMA:


  • El calor de los sentimientos
  • la capacidad de amar
  • atribuir significados más profundos y humanos
  • compadecerse con el sentimiento ajeno
  • cuidar
  • oír
  • creatividad
  • belleza
  • ligereza
  • sentido estético
  • religión con lo espiritual.

LAS CARACTERÍSTICAS POSITIVAS DEL ANIMUS:


  • Fuerza de iniciativa
  • fuerza de acción
  • hablar
  • pensamiento claro
  • lucha
  • raciocinio lógico
  • concentración
  • cumplimiento de nuestras metas, aspiración
  • emprender lo nuevo
  • fuerza de discernimiento.

SI EL HOMBRE  INTEGRA SU ANIMA EL DESARROLLA


  • La capacidad de sentir lo que le pasa a otro ser humano.
  • Rectitud de carácter.
  • Ponderación del juicio.
  • Sensibilidad en lidiar con el otro.
  • Sentido de justicia.
  • Solidez.
  • Gentileza.
  • Libertad de sentir.
  • Creatividad.
  • Capacidad de oír.
  • Integración con la familia.
  • Capacidad de liderazgo.
  • Encuentra sentido en la vida.
  • Respeto y devoción por la mujer.
  • Interés por la ecología.

SI EL HOMBRE NO INTEGRA SU ANIMA EL SE VUELVE:


  • Excesivamente agresivo.
  • Vengativo.
  • “Embrujado”.
  • Emotividad inferior, se habla de un alma endurecida.
  • Excesivamente “payaso”, no toma nada en serio.
  • No respeta.
  • Tiene mal carácter.
  • No consigue ponderar las cosas.
  • Se vuelve grosero o adicto a las drogas.
  • No es creativo.
  • No tiene modos.
  • Se vuelve materialista, no consigue ver el lado espiritual de las cosas.
  • Puede volverse alcohólico o adicto a las drogas.
  • Se vuelve machista.
  • Se vuelve débil y sin voluntad, depende de la mujer.
  • Pensamiento unilateral.
  • No consigue comprometerse con nada en la vida.
  • No sustenta sus promesas.

SI LA MUJER INTEGRA SU ANIMUS ELLA DESARROLLA:


  • Capacidad de concentración.
  • Capacidad de actuar.
  • Pensamiento claro.
  • Ecualizar la simpatía y la antipatía.
  • Se vuelve mujer y no madre.
  • Volverse más fuerte.
  • Raciocinio lógico.
  • Objetivar sentimientos y no se deja llevar por ellos.
  • Comprender al hombre de manera más completa.
  • Tener metas y aspiraciones y realizarlas.
  • Controlar el habla.
  • Capacidad de mantenerse neutra.
  • Capacidad para acoger y cuidar al otro.
  • Comprensión mas amplia de su papel y entrega en la familia.
  • Diferencia la fantasía de la realidad.

SI UNA MUJER NO INTEGRA SU ANIMUS ELLA SE VUELVE:


  • Vulgar.
  • Disputa todo con el hombre.
  • Fría y dura.
  • Tiene siempre el sentimiento de ser injustificada por que se compara con el hombres.
  • Pierde la sensibilidad.
  • Tiene opiniones prefijadas.
  • Madre autoritaria.
  • Excesivamente recta, transforma el hogar en un cuartel.
  • Depende excesivamente del marido y de los hijos.
  • Muy fantasiosa llegando al histerismo.
  • Miedo de todo y de todos.
  • Búsqueda constante de protección.
  • Querer disputar todo el tiempo.
  • Juzga excesivamente.
  • Se acerca siempre a hombres mas frágiles, para poder ser la “comandante” de la situación.


Fuente: https://www.facebook.com/notes/comunidad-waldorf/hombre-y-mujer-el-animus-y-el-anima/1403830166404825/
COMUNIDAD WALDORF·MARTES, 1 DE AGOSTO DE 2017
Articulo: Milene Mizuta.
Fuente: editorial Antroposofica de Brasil.
Traducción: Sarita Avila.

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