Aflojando los nudos del enfado - Thich Nhat Hanh

Thich Nhat Hanh nos enseña cómo relajar las ataduras del enfado, apego y de ilusión mediante la atención plena y gentileza con nosotros mismos.
Ser feliz, para mí, es sufrir menos. Si no somos capaces de transformar el dolor dentro de nosotros mismos, la felicidad no sería posible.
Muchas personas buscan la felicidad afuera de ellos mismos, pero la felicidad verdadera debe tener su origen desde nuestro interior. Nuestra cultura nos dice que la felicidad surge de tener mucho dinero, mucho poder y una alta posición en la sociedad. Pero si observamos cuidadosamente, veremos que muchas personas ricas y famosas no son felices.
El Buda y los monjes y monjas de su tiempo no poseían nada excepto sus tres sotanas y un cuenco. Pero ellos eran muy felices porque tenían algo extremadamente precioso: libertad.
De acuerdo con las enseñanzas de Buda, la condición más básica para la felicidad es la libertad. Aquí no queremos decir libertad política, sino libertad de las formaciones mentales del enfado, desesperanza, celos e ilusión. Estas formaciones mentales están descritas por el Buda como venenos. Mientras que estos venenos están aún en nuestros corazones, la felicidad no puede ser posible.
Para ser libres del enfado, debemos practicar, ya sea que seamos Cristianos, Musulmanes, Budistas, Hinduistas  o Judios. No podemos pedir al Buda, Jesús, Dios o Mahoma que eliminen el enfado de nuestro corazón por nosotros. Hay instrucciones concretas sobre cómo transformar el deseo, el enfado y la confusion en nuestro interior. Si seguimos estas instrucciones y aprendemos a cuidar nuestro sufrimiento, podemos ayudar a otros a hacer lo mismo.

Los nudos del enfado

En nuestra consciencia hay bloques de dolor, enfado y frustración llamados formaciones internas. También son llamados nudos porque nos atan y obstruyen nuestra libertad.
Cuando alguien nos insulta o hace algo cruel, una formación interna es creada en nuestra consciencia. Si no sabe cómo deshacer el nudo interno y transformarlo, el nudo permanecerá allí durante mucho tiempo. Y la próxima vez que alguien le diga algo o haga algo de la misma naturaleza, esa formación interna crecerá más fuerte. Como los nudos o bloques de dolor en nosotros, nuestras formaciones internas tienen el poder de empujarnos, para dictar nuestro comportamiento.
Después de un tiempo, se vuelve muy difícil para nosotros transformar, deshacer los nudos y no podemos aflojar la constricción de esta formación cristalizada. La palabra en Sánscrito para la formación interna es samyojana. Significa "cristalizar". Cada uno de nosotros tiene formaciones internas que necesitamos cuidar. Con la práctica de la meditación podemos deshacer esos nudos y experimentar transformación y sanación.
No todas las formaciones internas son desagradables. Hay también formaciones internas agradables, pero ellas también pueden hacernos sufrir. Cuando probamos, escuchamos o vemos algo placentero, entonces ese placer puede convertirse en un nudo interno fuerte. Cuando el objeto de nuestro placer desaparece, lo extrañamos y comenzamos a buscarlo. Gastamos mucho tiempo y energía tratando de experimentarlo otra vez. Si fumamos marihuana o bebemos alcohol y nos comienza a gustar, entonces se vuelve una formación interna en nuestro cuerpo y en nuestra mente. No podemos sacarla de nuestra mente. Siempre buscaremos más. La fuerza del nudo interno es presionarnos y controlarnos. Así las formaciones internas nos privan de nuestra libertad.
Enamorarse es una gran formación interna. Una vez que estamos enamorados, solo pensamos en la otra persona. Dejamos de ser libres. No podemos hacer nada, no podemos estudiar, no podemos trabajar, no podemos disfrutar la luz del sol o la belleza de la naturaleza a nuestro alrededor. Solo podemos pensar en el objeto de nuestro amor. Es por esto que hablamos sobre esto como una clase de accidente: "falling in love". Caemos. Ya no somos estables porque hemos tenido un accidente. Entonces el amor puede ser también un nuedo interior.
Debemos cuidar nuestro cuerpo y nuestra mente muy cuidadosamente, para evitar que los nudos echen raíces en nosotros. 
Agradable o desagradable, las dos clases de nudos nos quitan nuestra libertad. Es por esto que debemos cuidar nuestro cuerpo y nuestra mente muy cuidadosamente, para evitar que esos nudos echen raíces en nosotros. Drogas, alcohol y tabaco pueden crear formaciones internas en nuestro cuerpo. Y la rabia, el deseo intenso, los celos, la desesperanza pueden crear formaciones internas en nuestra mente.

Entrenamiento en la agresión.

El enfado es una formación mental, y ya que nos hace sufrir, hacemos todo lo posible para deshacernos de él. A los psicólogos les gusta la expresión, "sacarlo de su sistema". Y ellos hablan sobre descargar el enfado, como ventilando una habitación llena de humo. Algunos psicólogos dicen que cuando la energía del enfado surge en nosotros, debemos descargarla golpeando una almohada, pateando algo o yendo al bosque a gritar.
Cuando niños, se suponía que no debíamos decir ciertas malas palabras. Es posible que nuestros padres no nos hayan permitido utilizarlas porque son nocivas, dañan relaciones. Así que íbamos al bosque o a un lugar aislado y gritábamos esas palabras muy claramente, muy fuertemente, con el fin de aliviar la sensación de opresión. Esto también es descargar.
Las personas que utilizan técnicas de descarga como golpear una almohada o gritar están en realidad practicando el enfado. Cuando alguien está enfadado y descarga su enfado golpeando una almohada, está aprendiendo un hábito peligroso. Está entrenándose en agresión. En cambio, nuestro enfoque es generar la energía de la presencia plena y abrazar al enfado cada vez que se manifieste.

Tratar el enfado con ternura

La atención plena no lucha contra el enfado o la desesperanza. La atención plena está allí con el fin de reconocer. Ser consciente de algo es reconocer que algo está allí en el momento presente. La atención plena es la capacidad de ser consciente de lo que está sucediendo en el momento presente. "Inhalando, se que el enfado se ha manifestado en mí, exhalando, sonrío a mi enfado." Este no es un acto de supresión o de lucha. Es un acto de reconocimiento. Una vez que reconocemos nuestro enfado, lo abrazamos con mucha consciencia, con mucha ternura.
Cuando su habitación está fría, Enciende el calentador y el calentador comienza a enviar ondas de aire caliente. El aire frío no tiene que dejar la habitación para que la habitación se caliente. El aire frío es abrazado por el aire caliente y se vuelve cálido - no hay una lucha entre ellos.
La atención plena es como un hermano mayor que no suprime el sufrimiento del hermano menor. Simplemente dice, "Querido hermano, estoy aquí para tí."
Practicamos cuidar nuestro enfado en la misma forma. La atención plena reconoce el enfado, es consciente de su presencia, acepta y permite que esté ahí. La atención plena es como el hermano mayor que no suprime el sufrimiento del hermano menor. Simplemente dice, "Querido hermano, estoy aquí para tí." Tomemos a nuestro hermano menor en nuestros brazos y consolémoslo. Esta es la práctica exacta.
Imagine una madre enfadada con su bebé y golpeándolo cuando llora. Esa madre no sabe que ella y su bebé son uno. Somos madres de nuestro enfado y debemos ayudar a nuestro bebé, nuestro enfado, sin pelear ni destruirlo. Nuestro enfado está en nosotros y nuestra compasión está también en nosotros. Meditar no significa pelear. En el Budismo, la práctica de meditación debe ser la práctica de abrazar y transformar, no de pelear.

Usando el enfado, usando el sufrimiento

Para hacer crecer el árbol de la iluminación, debemos hacer buen uso de nuestras aflicciones, nuestro sufrimiento. Es como hacer crecer flores de loto, no podemos hacer crecer un loto sobre mármol. No podemos hacer crecer un loto sin lodo.
Profesionales en meditación no discriminan ni rechazan sus formaciones internas. No nos transformamos a nosotros mismos en un campo de batalla, el bien luchando contra el mal. Tratamos nuestras aflicciones, nuestro enfado, nuestros celos con mucha ternura. Cuando el enfado surge en nosotros, debemos comenzar a practicar respiración consciente de inmediato: "Inhalando, se que el enfado está en mí. Exhalando, estoy cuidando bien mi enfado." Nos comportamos exactamente como una madre: "Inhalando, se que mi hijo está llorando. Exhalando, tomaré buen cuidado de mi hijo". Esta es la práctica de la compasión.
Si no sabemos cómo tratarnos a nosotros mismos con compasión, ¿cómo podremos tratar a otra persona con compasión? Cuando el enfado surge, continuemos practicando la respiración consciente y la caminata consciente para generar la energía de la atención plena. Sigamos abrazando tiernamente la energía del enfado en nuestro interior. El enfado puede continuar allí durante un tiempo, pero estamos seguros, porque el Buda está en nosotros, ayudándonos a cuidar bien nuestro enfado. La energía de la atención plena es la energía del Buda. Cuando practicamos la respiración consciente y abrazamos nuestro enfado, estamos bajo la protección del Buda. No hay duda al respecto: el Buda está abrazándonos y a nuestro enfado con mucha compasión.

Dar y recibir energía de atención plena

Cuando estamos enfadados, cuando sentimos desesperanza, practicamos la respiración consciente, la caminata consciente, pera generar la energía de la presencia plena. Esta energía nos permite reconocer y abrazar nuestras emociones dolorosas. Y si nuestra atención plena no es lo suficientemente fuerte, le pedimos a un hermano o una hermana en la práctica, sentarse cerca anosotros, para respirar juntos, caminar con nosotros, con el fin de apoyarnos con su energía de presencia plena.
Practicar atención plena no significa que tenemos que hacer todo por nosotros mismos. Podemos practicar con el apoyo de nuestros amigos. Ellos pueden generar suficiente energía de atención plena para ayudarnos a cuidar nuestras emociones fuertes.
También podemos apoyar a otros con nuestra presencia plena cuando ellos están en dificultad. Cuando nuestro niño se está ahogando en una emoción fuerte, podemos sostener su mano y decir, "Mi querido, respira. Inhala y exhala con papá, con mamá." Podemos también invitar a nuestro hijo a hacer una meditación caminando con nosotros, gentilmente llevándolo de la mano y ayudándole a camarse, con cada paso. Cuando le damos a nuestro hijo algo de nuestra energía de atención plena, podrá calmarse muy rápidamente y abrazar sus emociones.

Reconocer, Abrazar, Aliviar el sufrimiento del enfado

La primera función de la atención plena es reconocer, no pelear. "Inhalando, se que el enfado se ha manifestado en mí. Hola pequeño enfado." Y exhalando, "Te cuidaré bien".
Una vez que hemos reconocido nuestro enfado, lo abrazamos. Esta es la segunda función de la atención plena y es una práctica muy agradable. En lugar de luchar, estamos cuidando bien de nuestra emoción. Si sabemos cómo abrazar nuestro enfado, algo cambiará.
Es como cocinar papas. Cubrimos la olla y entonces el agua comienza a herbir. Debemos mantener la estufa prendida durante veinte minutos por lo menos para que las papas se cocinen. Nuestro enfado es cierta clase de papa y no podemos comer una papa cruda.
La presencia plena es como el fuego que cocina las papas del enfado. Los primeros minutos de reconocimiento y abrazo del enfado con ternura pueden dar resultado. Logra algún alivio. El enfado aún está allí, pero ya no sufre mucho, porque sabe cómo cuidar de su bebé. Así la tercera función de la atención plena es suavizar, aliviar. El enfado está allí pero está siendo cuidado. La situación ya no es más un caos, con el bebé llorando y abandonado. La madre está allí para cuidar del bebé y la situación está bajo control.

Mantener la Presencia Plena Viva

¿Y quién es esta madre? La madre es el Buda vivo. La capacidad de ser consciente, la capacidad de ser comprensivo, gentil y cuidadoso es el Buda en nosotros. Cada vez que somos capaces de generar atención plena, esto hace que el Buda en nosotros sea una realidad. Con el buda en nosotros, no tenemos nada de qué preocuparnos. Todo estará bien si sabemos cómo mantener al Buda en nuestro interior vivo.
Es importante reconocer que siempre tenemos al Buda en nosotros. Incluso si estamos enfadados, desapasibles o en desesperanza, el Buda está siempre en nuestro interior. Esto significa que siempre tenemos el potencial de estar plenamente presentes, de comprender, de ser cariñosos.
"Cuando tocamos la semilla de la atención plena que reposa en nuestra consciencia, el Buda se manifestará en nuestra mente y abrazará nuestro enfado."
Necesitamos practicar la respiración consciente o caminar con el fin de tocar el Buda en nosotros. Cuando tocamos la semilla de la atención plena que reposa en nuestra consciencia, el Buda se manifestará en nuestra mente consciente y abrazará nuestro enfado. No tenemos que preocuparnos, solo continuar practicando la respiración o caminar para mantener al Buda vivo. Entonces todo estará bien. El Buda reconoce. El Buda abraza. El Buda alivia, y el Buda mira profundamente en la naturaleza del enfado. El Buda comprende. Y esta comprensión traerá consigo la transformación.
La energía de la atención plena contiene la energía de la concentración como también la energía de la liberación. La concentración nos ayuda a enfocarnos en una sola cosa. Con concentración la energía de observar se vuelve más poderosa.
Debido a esto puede hacerse un descubrimiento que es revelación. La revelación tiene el poder de liberarnos. Si la atención plena está allí, y sabemos cómo mantener la atención plena viva, la concentración estará allí también. Y si sabemos cómo mantener la concentración viva, la revelación también llegará. Así que la atención plena reconoce, abraza y alivia. La atención plena nos ayuda a mirar profundamente con el fin de ganar comprensión. La revelación es el factor liberador. Es lo que nos libera y permite que suceda la transformación. Esta es la práctica Budista de cuidar el enfado.
Cada vez que le entregamos un baño de consciencia plena a nuestras formaciones mentales, los bloques de dolor en nosotros se hacen más livianos y menos peligrosos. Así que demos un baño diario de consciencia plena a nuestro enfado, desesperanza, pena -esta es nuestra práctica. Si la atención plena no está allí, es muy desagradable que surjan estas semillas. Pero si sabemos cómo generar la energía de la atención plena, es muy sanador invitarlas cada día y abrazarlas. Y después de varios días o semanas de ponerlas sobre la mesa diariamente y ayudarles a volver otra vez, creamos una buena circulación en nuestra psique y los síntomas de enfermedad mental comenzarán a desaparecer.
La atención plena hace el trabajo de masajear nuestras formaciones internas, nuestros bloques de sufrimiento. Hemos permitido que circulen y esto es posible solamente si no les tememos. Si aprendemos a no temer a nuestros nudos de sufrimiento, podemos aprender a abrazarlos con la energía de la atención plena y transformarlos.

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