Los Antagonistas – Virginia Gawel

Hay rechazos que duelen en la hondura,
Y sin embargo entrañan bendiciones:
Exilios que te quiebran, pero luego
Repatrian lo que al alma le pertenece.
Que te critiquen, si, y que te excluyan
Quienes tengan corazón herrumbrado.
Que la maledicencia penumbrosa 
Quiera apagar tu luz inagotable.

Ése será el momento, el más temido, 
El de la prueba que al fin verifique
La hechura de tus interioridades,
La exacta madurez de tu consciencia:
Titubeará tu Llama persistente, 
Dudando de su amado Combustible,
Mas, sorbiendo de lo Imperecedero, 
Recobrará su audaz luminiscencia.

Que los prejuicios de quien no te sabe
Ratifiquen tu brújula inconfusa;
El norte será el Norte, que es Adentro
En quien no teme ser incomprendido.
No habrá dardo que dañe con su saña 
Ni estocada que hiera tus heridas
Si es tu refugio la veraz radiancia
Que antidota, eficaz, cualquier veneno.

Si te escarnian torcidas intenciones
De quien lee al revés tus escrituras,
No enmiendes ni retractes lo que es recto
Para evitar el turbio veredicto; 
Su veto a los valores de tu estirpe
Pone el sello a tus autenticidades:
Certifica lo que te diferencia
Del impostor que ejerce su artificio.
Otros habrán que entiendan tu escritura,
Otros, que sepan qué hay en el silencio…

Atento para no ensorberbecerte,
Lazarillo de todas tus cegueras,
Verás espejos donde hubiere muros
Al no ignorar tus propias ignorancias.
Podrás equivocarte, arrepentirte, 
Errar; pero errarás por propia cuenta,
Y el yerro mostrará en el laberinto, 
trabajosa y modesta, la salida.

Y, como el tiempo enseña si uno aprende, 
Quizás geste perdones bien nacidos…
Tal vez se ampare el lobo en el cordero, 
Cuando sienta temor de su progenie…

El verdadero atajo es el Camino.
Y el Camino requiere antagonistas.

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