Poder indudable

Si hubiera podido tomar consciencia más temprano sobre estos textos de Jung, esto me hubiera evitado muchos reveses:

"El Anima, en barbecho bajo la imagen de la madre, va a ser proyectada por el hombre en bloque sobre la mujer, lo que va a tener como consecuencia que el hombre, desde que contrae matrimonio, se vuelve infantil, sentimental, dependiente y servil, o por el contrario, rebelde, tiránico, susceptible, perpetuamente preocupado del prestigio de su pretendida superioridad viril. Esta última actitud, naturalmente, solo se logra mediante el derrocamiento de la primera. 

El hombre moderno no ha encontrado nada que reemplace la protección contra el inconsciente que la madre aportó, que la madre significó. Es por esto que modela inconscientemente su ideal de matrimonio de tal forma que su mujer sea llevada a poder asumir el rol mágico de la madre

Bajo la cubierta protectora del matrimonio ideal, exclusivo, busca en lo más profundo de sí mismo, la protección de una madre, tendiendo peligrosamente al instinto posesivo de la mujer.

El temor y la angustia del hombre, frente a las oscuridades insondables y las fuersas imprevisibles del inconsciente, confieren a la mujer un poder ilegítimo..." 

C.G. Jung

"En algunas mujeres el Animus suscita argumentos y razonamientos que quisieran ser lógicos y críticos, pero que, en lo esencial, se limitan la mayor parte del tiempo a esto: un punto débil que es secundario será transformado, al precio de un contrasentido, en la tesis esencial.

O una discusión, clara en si misma, se verá complicada al extremo por la suma de nuevos puntos de vista que, en ocasiones, no tienen nada que hacer con la discusión en curso.

Desconocido para ellas, tales mujeres no seguirán sino un objetivo: irritar al hombre y hacerlo salir de sus casillas, el fin inconsciente de la maniobra es que a través de la discusión, incluso el ataque, no serán ya rechazadas psicológicamente hacia su Animus y sometidas a toda su potencia.

"Desafortunadamente, siempre tengo la razón" me admitió una vez una mujer de ese tipo."

C.G. Jung