Duele... Todo es para bien - Alejandr Jodorowsky
- Señor Alejandro jodorowsky:
el domingo falleció mi hijo de 20 años y me siento enojado con la vida y quisiera que usted o alguna persona de las que lo sigue me pudiera decir algo no se lo que sea para tratar de entender porque o para que pasan estas cosas y no me quiero hacer la victima pero pues para tener ganas de vivir!!!"
- Querido Jorge Patron:
Cuando murió, de una overdose, a los 24 años, mi hijo Teo, sufrí y me desesperé tanto que fui a México a pedirle consuelo a mi Maestro Zen Ejo Takata. Cuando ,llorando, le conté mi desgracia, él me repondión una sola palabra: "Duele".
Comprendí emtonces que yo no debía luchar contra el dolor,sino aceptarlo. La muerte no tiene explicación racional. Sucede, nos quita al ser amado, nos destroza el ego, nos vacía el mundo. Viene entonces el lento trabajo de reconstrucción. Poco a poco nos vamos reintegrando, profundamente cambiados. Nos embarga una compasión infinita, surgimos de nuestra isla individual y comenzamos a darnos cuenta de la existencia de los otros.
Al cabo de 10 años de intensos sufrimientos, luchando para rehacerme, comprendí que la terrible muerte de Teo era uno de los acontecimientos más útiles de mi vida: renací como un verdadero ser humano, repartiendo la inmensidad de mi amor por él, no solo entre todos los seres humanos, sino también entre todo los seres vivientes.
DUELE. TODO ES PARA BIEN.
el domingo falleció mi hijo de 20 años y me siento enojado con la vida y quisiera que usted o alguna persona de las que lo sigue me pudiera decir algo no se lo que sea para tratar de entender porque o para que pasan estas cosas y no me quiero hacer la victima pero pues para tener ganas de vivir!!!"
- Querido Jorge Patron:
Cuando murió, de una overdose, a los 24 años, mi hijo Teo, sufrí y me desesperé tanto que fui a México a pedirle consuelo a mi Maestro Zen Ejo Takata. Cuando ,llorando, le conté mi desgracia, él me repondión una sola palabra: "Duele".
Comprendí emtonces que yo no debía luchar contra el dolor,sino aceptarlo. La muerte no tiene explicación racional. Sucede, nos quita al ser amado, nos destroza el ego, nos vacía el mundo. Viene entonces el lento trabajo de reconstrucción. Poco a poco nos vamos reintegrando, profundamente cambiados. Nos embarga una compasión infinita, surgimos de nuestra isla individual y comenzamos a darnos cuenta de la existencia de los otros.
Al cabo de 10 años de intensos sufrimientos, luchando para rehacerme, comprendí que la terrible muerte de Teo era uno de los acontecimientos más útiles de mi vida: renací como un verdadero ser humano, repartiendo la inmensidad de mi amor por él, no solo entre todos los seres humanos, sino también entre todo los seres vivientes.
DUELE. TODO ES PARA BIEN.
Commentaires
Enregistrer un commentaire