Cómo te cuida tu rabia premenstrual
A la Señora Premen
es a la que se le ocurren las cosas geniales. Piensa fuera de la norma. De hecho la norma le molesta profundamente. Hace mucho tiempo, yo odiaba mi fase premenstrual. Era incómoda y terriblemente inadecuada. ‘No era yo’. Más tarde comprendí que era más yo que nunca sólo que a este mundo raro, mi premen le ‘perjudicaba’. Ni dócil, ni simpática, ni solícita. La Señora Premen buscaba siempre la manera de encontrar lo mejor para mí, aunque fuera arañando la cara del vecino. Era la única de mis 4 mujeres que sabía que tenía límites (¡oh, sí! somos seres finitos, ¡quién lo iba a decir!) y si no los respetaba (la verdad es que tampoco los conocía) se revolvía del dolor.El dolor enseña.
El dolor es cochinamente animal. Profundamente humano. Tiene utilidad. Aunque en nuestra cultura trate de evitarse a un precio muy elevado.Si pones tu mano en el fuego, te quemas. Te quemas y duele. Como te duele, quitas la mano. Ahora bien, si estás sedada, no notas el dolor. Como no lo notas, dejas tu mano en el fuego. El fuego, lo sientas o no, quema. Si no apartas tu mano, te la calcina. Bye, bye mano!
La Señora Premen avisa: ‘te estás quemando la mano’. Utiliza distintos tipos de aviso: rabia, angustia, tristeza, irascibilidad, migrañas, ardores… Si te paras y escuchas, comienzas a entender su idioma y a identificar qué es aquello que te está quemando. A veces es un tema de trabajo, otras veces es una relación, muchas es el traje de mujer…
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