Aceptar el Fracaso con amor - Noraya Kalam

El corazón florece en la adversidad.
Invertimos mucha energía en acumular conocimientos, en desarrollar nuestra habilidades y mostrarlas al mundo como parte de nuestro éxito. Es una forma de creernos merecedores de reconocimiento. Porque quizás, si no cosechamos éxitos, creemos, no merecemos ser reconocidos. Y eso nos da miedo, no ser vistos, no ser nadie, no ser nada. Todos queremos triunfar, nadie quiere fracasar. Pero lo cierto es que el fracaso acecha a la esquina. Está completamente presente, siempre, esperando el momento exacto en el que como un golpe del destino nos abofeteará dejándonos inmóviles y haciendo que toda nuestra savia parezca congelarse.
Es precisamente en los lugares donde más necesidad tenemos de conquista y triunfo, donde más profundamente tiene su raíz el fracaso. Porque la vejez llegará, las arrugas nos surcarán la piel, las tetas se nos caerán. Porque alguien a quien amamos se alejará, y algún día, la enfermedad y la muerte nos tocarán. Sí, nos tocarán. Porque es así la vida. Rica en experiencia, cruda en su realidad, bella por dentro y por fuera, bella con todo y a pesar de todo.
Cuando nos apegamos a una cara de la realidad, ahí mismo está la otra cara, haciéndose fuerte para irrumpir en nuestra realidad y hacerse visible.
Solo aceptando la realidad de que la decepción y el fracaso forman parte de la vida, podemos integrar los opuestos y vivir de una forma más plena y despreocupada. Acepta que en algún aspecto puedes perder, puedes fracasar, puedes no ser nada. Este sentido de realidad completa, sin adornos, desnuda, destapa una dignidad callada, sincera, un contentamiento sosegado en el que el alma puede descansar, por fin, de la necesidad del reconocimiento ajeno, y permanecer, simplemente, fluyendo con los acontecimientos y disfrutando tranquilamente del camino.
Belleza en todo.
Dhum, dhum, Dhumavati Svaha
Con amor,
Noraya
"No te encojas, no te envanezcas. Mantente en tu terreno sagrado."
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