La sombra iluminada - C. G. Jung

El hombre que logra revestir su Ego una persona bien densa posee un buen sistema de adaptación y de comunicación con el mundo exterior. Hay un precio a pagar.
Todo lo que ha sido rechazado, porque no es conforme con la imagen de sí que uno se esforzó en construir, tal vez dolorosamente; todo lo que algunos llaman pecado, otros parte inferior de la personalidad; todo lo que uno se rehusa a admitir en uno, Todo eso "cae" en cierta forma, en la parte no visible del Ego. No visible, pero sin embargo muy proximo porque se trata de adquisiciones de la vida individual.
El primer trabajo de quien quiera intentar una transformación por la alquimia espiritual (C. G. Jung diría el comienzo del análisis), es entonces hacer consciente la sombra, incluso si ella parece repulsiva, mirarla en la cara, y aceptarla. Esto es posible con coraje y buena voluntad. El problema es que todos nosotros tenemos la tendencia a hacer proyecciones de nuestra sombra sobre los Otros. 
Voy a dar un ejemplo: Una mujer tiene muchos sobrinas jóvenes. Una de ellas, que ella ama mucho, tiene el don de exasperarla y ella la regaña constantemente. Es más fuerte quee lla, ella la quisiera perfecta. Un día, el hermano de esta mujer le dice: "no comprendo porqué tienes ese comportamiento con ella, deberías preferrla, ella se parece mucho a tí". Esta mujer comprendió enseguida: su sobrina tenía los rasgos de carácter que habían sido los suyos en otro momento y que para complacer a su entorno, habían sido puestos en la sombra. Es la clase de toma de consciencia que hace progresar en el conocimiento de sí, toma de consciencia que muchos rechazan. 
No hace falta creer que la sombra esconde únicamente las cosas negativos. Si uno cree C. G. Jung en Aîon

" ...Si admitimos previamente que la sombra humana era la fuente de todo mal, podemos ahora, si miramos más de cerca, descubrir que el hombre inconsciente, precisamente la sombra, no está compuesta únicamente de tendencias moralmente reprensibles, sino que comporta también un cierto número de buenas cualidades, instintos normales, reacciones apropiadas, percepciones realistas, impulsos creativos, etc."

Existe una zona aún más alejada de la consciencia, donde recide el anima y el animos. Pero de esto no podemos hablar sino después de hacer subir a la escena al arquetipo. Es entonces otra historia.

(Publicado en Jung y la psicología profunda)

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