La sanación de los celos - Jeff Foster

Algo que tal vez es dificil de escuchar: los celos no se tratan de la otra persona, siempre se tratan de ti - tus sentimientos de ser ignorado, no apreciado, no visto y no amado, y bajo todo eso, tu deseo frustrado de controlar a otros - lo que hacen, lo que quieren, cómo son recibidos, quien los ama - y finalmente tu deseo de controlar al Universo.
Ouch. Esta es una medicina fuerte. Los celos, como el intento de insurrección del ser separado contra su mayor amenaza, el amor incondicional.
Admitelo: Alguien más está obteniendo toda la atención, el amor, las recompensas, el éxito, la gloria y tu has sido dejado afuera en el frío, aislado, olvidad, un fracaso, nada especial. Los celos ven al otro como una clase de "rival", un "enemigo", una "amenaza" en tu camino. Ven la vida como una competencia enorme y la alegría como una mercancía escasa. Y una vez que vas por ese camino, hay millones de rivales, un millón de obstáculos para la alegría...
Los celos hacen que tu paz dependa de alguien o algo más. Dicen: "No puedes estar en paz a menos que ellos sean..." Le das a otros el poder sobre tí, y entonces resientes que ellos tomen ese poder - lo que nunca han hecho. Se lo das a ellos con tu atención.
Los celos pueden atacar fácilmente cuando te estás sintiendo indeciso, inseguro, dudoso frente a tu propio camino. Para evitar enfrentar tu propio dolor, ser honesto sobre tus propias inseguridades, retiras la atención de ti mismo, y la llevas a otro, y comienzas a comparar y contrastar y pelear mentalmente. Quieres lo que parece que ellos tienen. "¿Por qué eso no me pasa a mí?" Preguntas. Se trata de mi. Mi mi mi. Mi mi mi mi mi mi. El ego prospera en la comparación y en las luchas de poder.
¿Dónde y cuándo puede comenzar la sanación? El único lugar y tiempo es aquí, ahora.
Comienza girando hacia tu único lugar de poder: el momento presente. Reconoce tu experiencia, profundamente. Siente el fuego, el dolor, el latir de los celos en tu cuello, en tu pecho, en tu estómago. Siente el poder que está allí, el poder volcánico de la vida en sí misma, el poder que crea universos. Retira la palabra - etiqueta - concepto "celos" y siente directamente las sensaciones crudas sin juzgarlas y sin tratar de "mejorarlas". Siente la vitalidad. contacta con tu propia indecisión, duda, sentimientos de impotencia. Siente a ese antiguo amigo familiar - la necesidad urgente de controlar el mundo desde donde estás.
No te alejes - cuando te alejas de tu experiencia corporal inmediata, comienza la separación y por lo tanto el miedo. Desacelera. Comienza a iluminar los lugares dolorosos y olvidados de ti mismo con consciencia. Trae tu gentileza y amabilidad a ese niño perdido en ti mismo, el que no ha sido visto, el que siempre ha anhelado amor y comprensión, quien siempre se siente "lejos" de la vida y la diversión. El que destruiría un universo solo por obtener atención. Siente la inocencia allí...
Tal vez, desde un lugar de profunda aceptación te ti mismo tal como eres, comenzarás a encontrar compasión por el que previamente llamaste tu "rival". Tal vez incluso serás capaz de celebrar su felicidad y logros. Te harás parte de su abundancia en lugar de ser el juez y jurado de ella. Puede que aprendas de tu ex-enemigo, o por lo menos lo uses como una fuente de inspiración. O puedes olvidarte de ellos para siempre, dejar de tratar de conocer su experiencia y simplemente caminar tu camino.Verás que hay suficiente expacio en este universo para todos para caminar su propio camino, encontrar su propia felicidad y danzar su propia danza. Incluyéndote.
La alegría no viene de tratar de caminar el camino de otro, o de evitar que otro camine su propio camino. Ciertamente no viene de quitarle la felicidad al otro. Los celos, cuando se resisten y se actúa ciegamente, te herirán a tí y a quienes te rodean, y crearán más conflicto y división. Pero una vez reconocidos, comprendidos, abrazados e incluso amados, los celos pueden servir para abrir el corazón aún más, trayéndote a un lugar de gran humildad, liberándote de la necesidad de controlar todo a tu alrededor.
Deja que los celos te sirvan como otra ingeniosa invitación a la Presencia. Deja que te rompan el corazón de par en para aquí y ahora. Permite que et enseñe humildad y lentitud. Permite que te recuerde nunca desatenderte a tí mismo otra vez. Nunca eres una víctima, excepto en tu propia percepción.

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