Dramaturgia de la Sombra - David Guerdon

Nuestra sombra se arraiga fielmente a nuestros pasos. Por la mañana y por la noche, imponente por su tamaño, ella se reduce a nada al medio día, cuando el Sol alcanza el cenit. Esta constatación cotidiana alimentará nuestra reflexión si deseamos meditar sobre las relaciones del cuerpo y de la luz, analogía fácil de transponer sobre el plano simbólico.

Dramaturgia de la Sombra

En la psicología de Jung, la Sombra juega un rol capital. Representa todo lo que nosotros escondemos a los demás y anosotros mismos para parecer un modelo ideal. Es de hecho nuestra parte oscura, el polo complementario, pero negativo de nuestro complejo del Ego. En el curso de nuestra vida, esta zona ignorada recibe el depósito más y más espeso de nuestros actos pasados, del rechazo de nuestros deseos ilícitos, de todo lo que hemos emprendido y fracasado, depósito que alimenta nuestra culpabilidad y nuestra amargura. Entre más ignoramos voluntariamente esta mentira, más se vuelve negra y espesa. Este depósito no representa necesariamente el Mal en nosotros, sino más bien todo eso que es primitivo, ciego, inadaptado. Alimenta nuestro miedo. De hecho, la Sombra encarna nuestro inconsciente personal. Pero, debido a sus raíces arquetípicas, puede parecer también el Mal absoluto, sobre todo sobre el plano colectivo. Es entonces que surge el Diablo, rodeado de sus creaturas maléficas.
La mayor parte del tiempo, uno proyecta su sombra sobre el otro. Es lo que siempre está equivocado. Esta proyección de todas nuestras negatividades alimenta nuestras aversiones incomprensibles y nuestros odios viscerales. Pero también es un medio de ver claro en nosotros, a condición de tomar consciencia de esa proyección.
¿Como afrontar esta desconocida tan poderosa? Nos daremos cuenta pronto que posee una energía que nos sobrepasa; forzarla nos hace arrriesgar a lo peor. Debemos en cambio intentar dialogar con ella. Su respuesta llega un día, sola, evidente, de una forma impredecible. Debemos así superar el conflicto, más que resolverlo. Es a este precio que integraremos nuestra Sombra, sin repercusión desafortunada. Si rechazamos este camino - y la tentación es grande, la sombra regirá en secreto nuestra existencia y nos tenderá trampas, quizás mortales (accidentes). Es el caso para "el hombre que ha perdido su sombre", aquel que cree saberlo todo de sí mismo y se convierte en la víctima de su arrogancia.
Solo, el Ser puede trascender el problema de la Sombra. Porque esta se comunica con los grandes arquetipos, el Anima (alma femenina del hombre y el animus (polo masculino de la mujer). Ella tiene entonces una función de relación que no es enteramente negativa, e incluso una fecundidad creativa. El proceso psicológico consiste en tomar consciencia de su Sombra e integrarla a su consciencia, más allá de todos los prejuicios morales y sociales que lo enturbian.
Uno no debe "tener miedo de su sombra". Al contrario, aproximarse a ella provoca una resistencia considerable. Esta prospección se manifiesta por poderosas olas emocionales y puede convertirse en obsesión. Se hablará entonces de "posesión por la Sombra". Para neutrailizarla, debemos tener el coraje de "descender al infierno" con el fin de encontrar la pareja divina, Anima - Animus, que nos permitirá remontar hacial el sol del Ser, este logro liberador. Es un proceso iniciático milenario que uno encuentra también en las leyendas universales, la dialéctica alquímica, el proceso de individuación junguiano, las obras geniales de los poetas (Dante y la Divina Comedia) y en las producciones de Sueño despierto, accesibles a todos.
En los sueños, la Sombra se manifiesta bajo diversas formas que evocan todas las tinieblas. Sus personificaciones pueden parecer confusas sobre todo cuando ella se alía con las grandes figuras arquetípicas. Aquí algunos ejemplos que ilustran en Sueño despierto dirigido el abanico de sus manifestaciones.

Negro más negro que el negro

La Sombra tiene como característica la oscuridad más absoluga. Demuestra así su impermeabilidad a la luz, es decir a la consciencia plena. Pero Bachelard, que cita la fórmula alquímica Nigrum nigrius nigro, recuerda que dentro de las tinieblas de la Tierra germinan los granos del futuro. Esta fecundidad no debe ser olvidada cuando hablamos de la Sombra. Cierto, que representa el Mal, pero ella también es matriz energética del porvenir. Tal dualidad ambigua se encuentra entre los soñadores.
Tomemos por ejemplo el carbón. Es negro y resulta de una fosilización milenaria, entonces de una petrificación inexorable. Pero en nuestras chimeneas, alimenta el fuego, el calor y la luz. Uno ve que el simbolismo de la mina de carbón presenta muchas facetas, una de las cuales es positiva en términos de nuestras energías movilizables.

David Guerdon , "Diálogo con la Sombra"

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