Notas sobre el Destino - Virginia Gawel
¿Se puede retar al destino?
Plantear varias orillitas de esta palabra tan grande.
• Bueno, destino como fortuna, héroes
• Destino como fatalidad… “no tengo suerte”, es mi destino que me traten así.
• ¿Para qué nací?
De la psicología occidental, Freud, creador del psicoanálisis. Empieza a investigar las enfermedades mentales. Tenemos patologías, rayes, conflictos. Freud llamó “neurosis de destino”, algo que no funciona muy bien en nosotros mismos – parece una exageración. Aparece como una limitación, falta, como una exageración. “La neurosis es la locura de los cuerdos.” Todos tenemos un lado neurótico… Algunas se resuelven con terapia, la vida nos ayuda a resolver otras…
¿Qué quiere decir la neurosis de destino?
En algunos momentos, los seres humanos, repetimos para no recordar. Cosas muy dolorosas quedan bloqueadas en la mente y no podemos tener acceso al recuerdo… entonces en lugar de ser como un sueño repetitivo… Los sueños repetitivos muchas veces pueden ser terapéuticos… pueden resolver traumas y permitir que la persona tenga una vida más libre.
Cuando el recuerdo no se produce, y para eso es la terapia. La terapia ayuda a recordar, a sacar cargas emocionales que quedaron enterradas. Recuerdos que no han sido elaborados, cuando el presente los toca. Lo que hacemos es repetir conductas que se parecen a aquello que nos pasó.
Por ejemplo la persona, elije siempre a alguien que le maltrate. Entra a trabajos donde le ningunean. En todos los grupos lo hacen a un lado. A esto se le llama neurosis de destino.
Lo que la persona necesita aprender es que en algún punto, esa persona es la que dio pie a que eso suceda. Si cree que su destino es sufrir, queda victimizada… la vida refleja. – cree que su destino es ese. En todos los trabajos no la dejan “brillar”.
La parte neurótica necesita sufrir por ejemplo… genera situaciones que le hagan parecer víctima de su destino. Genera las condiciones para que la hagan de lado. Así como en el sueño escenificamos cosas que proyecta la propia mente. En este caso en lugar de un ser onírico crea a un ser real. Cuando sucede este tipo de cosas repetidamente, es necesario buscar ayuda terapéutica. – a eso se le llama neurosis de destino… no están “condenadas” a eso.
Una vez que uno recuerda, una vez que uno ve, deja de repetir… Recordar para no repetir.
Cuando uno participa en el destino, sin darse cuenta que es uno mismo el que genera los patrones y las repeticiones.
Cuando alguien comienza a trabajar sobre sí. Construye desde el cimiento la relación, comienza a hacer lo mismo, cae en el mismo error. Podemos no repetir.
El problema más grande es poner la causa afuera – no tengo poder para transformar. Si me doy cuenta que soy partícipe activo de lo que sucede, es una buena noticia, porque puedo regular eso.
“yo puedo hacer algo con esto”, pedir ayuda… que le muestre cuándo está repitiendo patrones…
¿Hay un destino?
Existencialmente tenemos un destino, es algo más transpersonal.
¿Soy feliz con el camino que tome? Hacer un inventario minucioso de lo que hacemos. ¿Cómo hacer para cambiar?
En empresas familiares se despliegan muchos embrollos personales. Cuando una empresa no va ni para atrás ni para adelante. Se requiere que alguien mire lo que está sucediendo desde afuera. Esa persona va a plantear preguntas. ¿porqué… gana más un hermano que otro? ¿Porqué tienen horarios especiales?
Que el terapeuta nos ayude a ver dónde estamos repitiendo, el caos. Solos no nos podemos dar cuenta de lo que sucede.
Darse cuenta, ¿dónde estoy comenzando a repetir?
Cuando se toma un tren hacia un destino, hay paradas…
Cuando uno nace, tiene como destino posible, llegar a la estación más lejana…
Cuando uno nace, tiene como destino desplegarse… ser exitoso es tener una vida donde hay amigos, siente afinidad con su familia, tiene buena relación con su cuerpo, con su salud, hace lo que le gusta, se despierta cada mañana feliz… se siente a gusto consigo mismo, va aprendiendo cosas nuevas, cumpliendo nuevos desafíos, disfrutando lo disfrutable, haciendo el bien posible por donde pasa.
Los “éxitos de revista” muchas veces terminan en suicidio.
El éxito verdadero lo vemos en una vida plena, desplegada –como un origami.
Estamos plegados, cobramos sentido cuando nos desplegamos, igual que el tren, el destino de una persona llegar tan lejos como podamos en madurar, tener mayor sabiduría, desarrollarse como persona.
En un sentido de los dones que la vida nos dio, hay personas que pareciera ser que cumplen mejor su destino cuando hay ciertos dones que le permiten cumplir su destino como por ejemplo, cantante, Favaloro. Era buen hortelano, posiblemente hubiera sido un destino más humilde. Hay destinos que ayudan a otros destinos, como la Madre Teresa, como Gandhi.
Muchos no tenían noción de tener un destino, que necesitaba desplegarse. Pero cuando la persona se conecta con lo más profundo de sí, cuando no se victimiza, puede hacer algo bello, puede hacer bien a su entorno.
Los traumas no son impedimentos para cumplir un destino en la vida.
Salir del mundo habiéndolo modificado sustancialmente.
Desplegar lo que tenemos y hacer la diferencia en el mundo. Cada uno debe vivir como si esto nos tocara. Uno puede colaborar en su barrio, puede hacer algo que hace una diferencia en 2, 5, 10 personas, hacer algo valioso para otros y para sí mismo.
Los destinos más desperdiciados son los que no logran individualizarse.
Pocos hombres llegan a ser completamente hombres, o mujeres, algunos quedan “renacuajos”… no llegan a ser ranas… Pujar sin auto-victimizarnos para llegar a ser una rana … la rana que representa la transformación, se convierten en príncipes - princesas.
Todos podemos hacer lo posible para llegar a ser unas ranas.
Esa es otra visión de destino “llegar a destino” en un tren: mirando el objetivo… a veces en el camino, el paso a paso, pueden aparecer señales que te lleven a otro lado. El paso a paso ofrece alternativas.
El libre albedrío me permite saber si quiero compartir con otros, mirar por la ventanilla o encerrarme sin disfrutar. Disfrutar del paisaje, ¿para qué dormir?
Colaborar con el viaje, para que sea lo más grato, fructífero y placentero posible. El viaje se convierte en algo gozoso. Hay cosas que se van a poder cambiar y otras que no.
Aprender a colaborar con lo inevitable: dejar de plantearme a mí misma como víctima. Es decir, empieza a tomar bajo su potestad, empezar a transformar la vida, hacerla más interesante.
Hacer de los días, la belleza, el disfrute, tener distintas metas. Otro idioma, viajes…
Proponerse metas y cumplir metas es algo saludable.
Ir cumpliendo objetivos permite desarrollar cualidades internas.
A veces se interpreta destino como fatalidad – viene de fato, el Hado, que rige los destinos.
“estar enfadado”, quedamos presas de las mecanicidades… se producen consecuencias que no son deseables en la vida.
Hay cuestiones que tenemos que vivir como destino y que son inevitables…
Pareciera que hay cosas que son como entrar al juego de la oca, en las que se avanza o retrocede. Las casillas están, se va avanzando, se puede pasar por encima del pantano o quedarse empantanado.
Hay cuestiones inevitables, que podemos trabajarlas.
Hay hechos globales que son inevitables. Zonas de desastre… podrían haber sido evitables.
Hay hechos inevitables. Cuando nada se puede cambiar, hay algo que se puede cambiar: la actitud desde donde se vive lo que se está viviendo.
Mejor ánimo: hacer algo por los demás. Ayudar a otros y solucionar algo – así sea precaria. La persona proactiva tiende a salir mejor con el paso de los años de instancias traumáticas.
Salen mejor quienes han pedido ayuda, quienes son solidarios con las causas a las que les deben ese dolor.
Nacemos en tableros pre-determinados.
Jung – sincronicidad – astrología. La carta natal es el mapa de la persona en el preciso momento del nacimiento. La carta ofrece rasgos de carácter. Están plasmados en la carta natal. La astrología es una disciplina matemática. Nada está determinado en la carta natal. Pero si muestra matrices de aprendizajes – tablero – que cada persona va a tener que atravesar. Lo que cada persona hace con su tablero es su libre albedrío. La carta muestra rasgos de carácter, pero no lo que hizo una persona en situaciones de crisis personales.
La persona define de qué modo viaja en el tren. No estamos determinados por lo que nos hicieron o lo que nos ha pasado. El destino está en nuestras manos.
“voy a vivir mi vida lo más hermosamente que pueda”
Transformamos circunstancias tomando decisiones.
“yo voy a volver a ver salir el sol.” Es una virtud.
De todos modos, puedes hacer algo hermoso.
¿Qué me digo a mí mismo?
Uso mi libre albedrío, abierto a lo que suceda en mi vida
Gratitud por lo que sí hay.
A todos nos toca una porción de dolor. Convertir esto en algo valioso.
No ser tan devoto del pasado. Ser devoto al pasado, nos deja sin presente y sin futuro.
Hacer más allá del dolor.
Plantear varias orillitas de esta palabra tan grande.
• Bueno, destino como fortuna, héroes
• Destino como fatalidad… “no tengo suerte”, es mi destino que me traten así.
• ¿Para qué nací?
De la psicología occidental, Freud, creador del psicoanálisis. Empieza a investigar las enfermedades mentales. Tenemos patologías, rayes, conflictos. Freud llamó “neurosis de destino”, algo que no funciona muy bien en nosotros mismos – parece una exageración. Aparece como una limitación, falta, como una exageración. “La neurosis es la locura de los cuerdos.” Todos tenemos un lado neurótico… Algunas se resuelven con terapia, la vida nos ayuda a resolver otras…
¿Qué quiere decir la neurosis de destino?
En algunos momentos, los seres humanos, repetimos para no recordar. Cosas muy dolorosas quedan bloqueadas en la mente y no podemos tener acceso al recuerdo… entonces en lugar de ser como un sueño repetitivo… Los sueños repetitivos muchas veces pueden ser terapéuticos… pueden resolver traumas y permitir que la persona tenga una vida más libre.
Cuando el recuerdo no se produce, y para eso es la terapia. La terapia ayuda a recordar, a sacar cargas emocionales que quedaron enterradas. Recuerdos que no han sido elaborados, cuando el presente los toca. Lo que hacemos es repetir conductas que se parecen a aquello que nos pasó.
Por ejemplo la persona, elije siempre a alguien que le maltrate. Entra a trabajos donde le ningunean. En todos los grupos lo hacen a un lado. A esto se le llama neurosis de destino.
Lo que la persona necesita aprender es que en algún punto, esa persona es la que dio pie a que eso suceda. Si cree que su destino es sufrir, queda victimizada… la vida refleja. – cree que su destino es ese. En todos los trabajos no la dejan “brillar”.
La parte neurótica necesita sufrir por ejemplo… genera situaciones que le hagan parecer víctima de su destino. Genera las condiciones para que la hagan de lado. Así como en el sueño escenificamos cosas que proyecta la propia mente. En este caso en lugar de un ser onírico crea a un ser real. Cuando sucede este tipo de cosas repetidamente, es necesario buscar ayuda terapéutica. – a eso se le llama neurosis de destino… no están “condenadas” a eso.
Una vez que uno recuerda, una vez que uno ve, deja de repetir… Recordar para no repetir.
Cuando uno participa en el destino, sin darse cuenta que es uno mismo el que genera los patrones y las repeticiones.
Cuando alguien comienza a trabajar sobre sí. Construye desde el cimiento la relación, comienza a hacer lo mismo, cae en el mismo error. Podemos no repetir.
El problema más grande es poner la causa afuera – no tengo poder para transformar. Si me doy cuenta que soy partícipe activo de lo que sucede, es una buena noticia, porque puedo regular eso.
“yo puedo hacer algo con esto”, pedir ayuda… que le muestre cuándo está repitiendo patrones…
¿Hay un destino?
Existencialmente tenemos un destino, es algo más transpersonal.
¿Soy feliz con el camino que tome? Hacer un inventario minucioso de lo que hacemos. ¿Cómo hacer para cambiar?
En empresas familiares se despliegan muchos embrollos personales. Cuando una empresa no va ni para atrás ni para adelante. Se requiere que alguien mire lo que está sucediendo desde afuera. Esa persona va a plantear preguntas. ¿porqué… gana más un hermano que otro? ¿Porqué tienen horarios especiales?
Que el terapeuta nos ayude a ver dónde estamos repitiendo, el caos. Solos no nos podemos dar cuenta de lo que sucede.
Darse cuenta, ¿dónde estoy comenzando a repetir?
Cuando se toma un tren hacia un destino, hay paradas…
Cuando uno nace, tiene como destino posible, llegar a la estación más lejana…
Cuando uno nace, tiene como destino desplegarse… ser exitoso es tener una vida donde hay amigos, siente afinidad con su familia, tiene buena relación con su cuerpo, con su salud, hace lo que le gusta, se despierta cada mañana feliz… se siente a gusto consigo mismo, va aprendiendo cosas nuevas, cumpliendo nuevos desafíos, disfrutando lo disfrutable, haciendo el bien posible por donde pasa.
Los “éxitos de revista” muchas veces terminan en suicidio.
El éxito verdadero lo vemos en una vida plena, desplegada –como un origami.
Estamos plegados, cobramos sentido cuando nos desplegamos, igual que el tren, el destino de una persona llegar tan lejos como podamos en madurar, tener mayor sabiduría, desarrollarse como persona.
En un sentido de los dones que la vida nos dio, hay personas que pareciera ser que cumplen mejor su destino cuando hay ciertos dones que le permiten cumplir su destino como por ejemplo, cantante, Favaloro. Era buen hortelano, posiblemente hubiera sido un destino más humilde. Hay destinos que ayudan a otros destinos, como la Madre Teresa, como Gandhi.
Muchos no tenían noción de tener un destino, que necesitaba desplegarse. Pero cuando la persona se conecta con lo más profundo de sí, cuando no se victimiza, puede hacer algo bello, puede hacer bien a su entorno.
Los traumas no son impedimentos para cumplir un destino en la vida.
Salir del mundo habiéndolo modificado sustancialmente.
Desplegar lo que tenemos y hacer la diferencia en el mundo. Cada uno debe vivir como si esto nos tocara. Uno puede colaborar en su barrio, puede hacer algo que hace una diferencia en 2, 5, 10 personas, hacer algo valioso para otros y para sí mismo.
Los destinos más desperdiciados son los que no logran individualizarse.
Pocos hombres llegan a ser completamente hombres, o mujeres, algunos quedan “renacuajos”… no llegan a ser ranas… Pujar sin auto-victimizarnos para llegar a ser una rana … la rana que representa la transformación, se convierten en príncipes - princesas.
Todos podemos hacer lo posible para llegar a ser unas ranas.
Esa es otra visión de destino “llegar a destino” en un tren: mirando el objetivo… a veces en el camino, el paso a paso, pueden aparecer señales que te lleven a otro lado. El paso a paso ofrece alternativas.
El libre albedrío me permite saber si quiero compartir con otros, mirar por la ventanilla o encerrarme sin disfrutar. Disfrutar del paisaje, ¿para qué dormir?
Colaborar con el viaje, para que sea lo más grato, fructífero y placentero posible. El viaje se convierte en algo gozoso. Hay cosas que se van a poder cambiar y otras que no.
Aprender a colaborar con lo inevitable: dejar de plantearme a mí misma como víctima. Es decir, empieza a tomar bajo su potestad, empezar a transformar la vida, hacerla más interesante.
Hacer de los días, la belleza, el disfrute, tener distintas metas. Otro idioma, viajes…
Proponerse metas y cumplir metas es algo saludable.
Ir cumpliendo objetivos permite desarrollar cualidades internas.
A veces se interpreta destino como fatalidad – viene de fato, el Hado, que rige los destinos.
“estar enfadado”, quedamos presas de las mecanicidades… se producen consecuencias que no son deseables en la vida.
Hay cuestiones que tenemos que vivir como destino y que son inevitables…
Pareciera que hay cosas que son como entrar al juego de la oca, en las que se avanza o retrocede. Las casillas están, se va avanzando, se puede pasar por encima del pantano o quedarse empantanado.
Hay cuestiones inevitables, que podemos trabajarlas.
Hay hechos globales que son inevitables. Zonas de desastre… podrían haber sido evitables.
Hay hechos inevitables. Cuando nada se puede cambiar, hay algo que se puede cambiar: la actitud desde donde se vive lo que se está viviendo.
Mejor ánimo: hacer algo por los demás. Ayudar a otros y solucionar algo – así sea precaria. La persona proactiva tiende a salir mejor con el paso de los años de instancias traumáticas.
Salen mejor quienes han pedido ayuda, quienes son solidarios con las causas a las que les deben ese dolor.
Nacemos en tableros pre-determinados.
Jung – sincronicidad – astrología. La carta natal es el mapa de la persona en el preciso momento del nacimiento. La carta ofrece rasgos de carácter. Están plasmados en la carta natal. La astrología es una disciplina matemática. Nada está determinado en la carta natal. Pero si muestra matrices de aprendizajes – tablero – que cada persona va a tener que atravesar. Lo que cada persona hace con su tablero es su libre albedrío. La carta muestra rasgos de carácter, pero no lo que hizo una persona en situaciones de crisis personales.
La persona define de qué modo viaja en el tren. No estamos determinados por lo que nos hicieron o lo que nos ha pasado. El destino está en nuestras manos.
“voy a vivir mi vida lo más hermosamente que pueda”
Transformamos circunstancias tomando decisiones.
“yo voy a volver a ver salir el sol.” Es una virtud.
De todos modos, puedes hacer algo hermoso.
¿Qué me digo a mí mismo?
Uso mi libre albedrío, abierto a lo que suceda en mi vida
Gratitud por lo que sí hay.
A todos nos toca una porción de dolor. Convertir esto en algo valioso.
No ser tan devoto del pasado. Ser devoto al pasado, nos deja sin presente y sin futuro.
Hacer más allá del dolor.
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