"Poner a alguien frente a su sombra, es también mostrarle lo que tiene de luminoso. Cuando uno ha tenido esta experiencia muchas veces, cuando uno ha aprendido a juzgar colocándose entre los extremos, uno inevitablemente llega a sentir lo que significa su propio ser. Cuando uno percibe al mismo tiempo su sombra y su luz, uno se ve por los dos lados de su ser, y así uno termina en el centro. Este es el secreto de la actitud oriental: la contemplación de los opuestos enseña al hombre oriental el carácter de maya. Confiere a la realidad el carácter de la ilusión. Detrás de los opuestos y dentro de los opuestos se encuentra la verdadera realidad que ve y abraza el todo.
Esto es lo que los hindúes llaman atman. Esto es lo que literalmente "respira a través de mí". Y no solamente a través de mí, sino a través de todos; en otros términos, no se trata solamente del atman individual sino del atman general, el pneuma que sopla a través de todos los seres. Nosotros los occidentales usamos para esto el término: el "yo", en oposición al pequeño "yo". Lo que se llama "yo" representa la totalidad psíquica".

Jung, psicología y orientalismo - página 271-272

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