Lo que bien acaba, bien comienza - Bert Hellinger

No hay fin sin principio, ni principio sin fin. Ambos se suceden y se transforman mutuamente en el ciclo de la vida. Lo mismo que al principio, también al final la mirada y el movimiento se dirigen al frente. Mirar hacia atrás detiene el movimiento y acaba restándole algo. Cuando el final se transforma en el principio, se conserva en él y se incrementa.
En la mirada hacia atrás permanecemos atados a algo. Incluso el éxito, considerado como logro duradero y, por tanto, como un fin, perece si no se convierte en el principio que lo supera. Sólo se conserva en un nuevo comienzo.
También podemos considerarlo de otra manera. Cada paso de un movimiento es un fin y un principio. En lugar de mirar por tanto hacia una meta donde esperamos descansar, vamos practicando el abandono mientras aún estamos en el camino, ese abandono que conduce más allá de todas las metas. Así seguimos siendo caminantes.

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