Niño Interior - Joan Garriga


A veces se trata de mirar de cerca al niño o niña que fuimos y que sigue viviendo dentro, que hizo aprendizajes muy estables, que son "sí o sí”, como improntas grabadas a fuego. Podríamos decir que sigue viviendo en nuestro interior un niño o una niña que quiere confirmar su antiguo punto de vista. Entonces se necesita visitar esta niña o niño durante un tiempo, aprender a dialogar con el o ella, y hacerse presente. Luego asumir, asentir y acoger también aquello que pudo doler o ser difícil.
Yo tengo la idea, por lo que veo, que las heridas de amor son universales. El punto de vista del niño o niña es tan extraordinariamente apasionado y fuera de toda lógica, que en un mundo como el nuestro es difícil que no haya un desencuentro. Esto quizás no sucedía en sociedades más primarias, donde el niño durante los dos o tres primeros años de vida vivía casi literalmente colgado en el cuerpo de la madre. Pero en este mundo, tal como criamos a nuestros hijos, casi todos tenemos una criatura adentro a quien, o bien le faltó amor, o bien se implicó con las dificultades de sus padres, o ambas cosas al mismo tiempo.
Yo creo que el niño interior tiene que ser mirado y comprendido, necesita un poco de acogimiento del adulto que somos. Uno le puede decir: ¨Yo vengo del futuro a decirte que te quiero, que te cuido, que te abrazo, que ya pasó¨. Pero a continuación también hay que decirle: ¨Y te pongo a raya, no voy a permitir que dirijas mi vida¨. Porque el niño interior también es muy tiránico. Por ejemplo, en las parejas vemos todo el tiempo que una parte muy importante del trabajo es comprender que muchas dificultades ocurren cuando se trata de dos niños que están gobernando los hilos emocionales. Con dos niños que están en cierto modo más asumidos y reconocidos, todo es más fácil. Ahí los fantasmas o las sombras no son tan grandes.


Joan Garriga
Del Taller de Constelaciones Familiares celebrado en Barcelona. Julio de 2017.

Commentaires

Articles les plus consultés