Compromiso profundo de amantes - Jeff Foster

No nos comprometamos con un futuro juntos. El futuro es tan descononcido y nosotros somos tan fluidos, y cansados de pretender que sabemos.
Nuestros pensamientos y sentimientos siempre cambiantes, incontrolables, como un océano salvaje de amor. 
Nuestros deseos se expanden y declinan, nuestros sueños nacen y mueren en cada momento.
No nos comprometamos con una forma de amor. Las formas siempre cambian, como las olas.
No necesitamos seguridad aquí. No buscamos comodidad, sino Verdad.
Hagamos un compromiso más profundo, uno que no podamos romper o perder.
Con la presencia. Encontrarnos en el aquí y ahora.
Con traer la totalidad de nosotros mismos. Con conocer y dejarnos ser conocidos.
Con decir la verdad, hoy; sabiendo que nuestra verdad puede cambiar mañana. 
Con hacer una reverencia ante el otro, incluso si nuestros corazones están rotos y tiernos.
Sin promesas, sin garantías.
¡Amar requiere coraje! Si
Porque el amor es un campo, no una forma. Comprometámonos con el campo, recordemos el campo en cada momento de nuestros preciosos días en la Tierra. 
En diez años, aún podemos estar juntos. Podemos tener hijos. Podemos vivir juntos o vivir separados.
Podemos nunca volver a vernos otra vez. Este puede ser nuestro último dia.
Si somos honestos, realmente no sabemos, no saber es nuestro Hogar.
Podemos ser amigos, o amantes, o extraños, o familia, o podemos permanecer indefinidos, más allá de la narrativa, nuestro amor incapaz de ser capturado en palabras.
Aquí en el borde de lo conocido, sobre la línea que una vez dividió la lucidez de la locura, y la duda de la certeza, jugamos, danzamos, tomamos té, nos tocamos, lloramos, reímos, nos encontramos.
Sacrificamos la comodidad y lo predecible. Pero lo que ganamos es sorprendente: Esta sensación tremenda de estar vivos. Ya no insensibles a los misterios del amor, los misterios de nuestros cuerpos.
Un poco crudo, tal vez. Un poco inestable. Tal vez un poco desorientado pero tal vez este es el precio de ser totalmente libre.
Tal vez una vieja parte nuestra aún busque a mamá y a papá, esa Persona Mágica que nunca partiría, siempre allí, llevándose la soledad reprimida en nuestras entrañas. Amando esa parte asustada también, inclinándonos ante ella, pero sin ser controlados por ella. 
Y ellos preguntarán:
¿Y qué hay de su futuro?
¿Qué pasa si tienen hijos?
¿Cómo se definen ustedes mismos?
¿Porqué temen el compromiso?
¿Porqué huyen de la seguridad? ¿Comodidad? ¿Futuro?
Dirán que estás loco, o que no comprendes el amor, o que estás perdido, o que eres indiferente y egoísta, y tu sonreirás, y comprendes su miedo, porque su miedo fue una vez el tuyo y tu ya no puedes abandonar tu camino.
Y nadie tiene que caminar contigo. Nunca.
En algún punto, solamente la Verdad satisface. Una Verdad viva, renovándose a sí misma cada momento, la Verdad salvaje de un corazón abierto. 
Cuando Amor y Verdad son Uno, cuando el Compromiso está profundamente arraigado en el aliento, podemos finalmente enfrentar al otro sin resentimiento y explotar en los atardeceres más melancólicos, sostenidos en la alegría más profunda.
Caminando solo, juntos, solo. 

- Jeff Foster

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