Amor que deja - Bert Hellinger

El amor es sereno. Deja que el otro y yo mismo seamos como somos, no nos desea diferentes. Deja que lo que existe sea como es, que crezca y se desarrolle como corresponde a su determinación. Por eso, el amor sólo interviene cuando lo que existe está en sintonía con esa determinación y su destino correlativo, cuando éste lo exige y otorga.
Nadie, ni el otro, ni lo otro, ni yo mismo tenemos que defendernos de ese amor o temerle. En ese amor nos abandonamos a algo que está más allá de nuestras esperanzas, deseos y miedos, y que nos acoge como el ancho río que absorbe los muchos arroyos. Cuanto más acoge, tanto más ancho y profundo es el río y tanto más poderosamente corren sus aguas hacia la desembocadura, donde todo se diluye indistinguiblemente en un mar que recibe y conserva a todos y a todo de la misma manera.
Ese amor ya anticipa lo que algún día será.

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