Citas - Gabrielle Roth

Tu cuerpo es la metáfora fundamental de tu vida, la expresión de tu existencia. Es tu Biblia, tu enciclopedia, tu historia de vida.

El cuerpo es el útero del alma, el cuenco de ofrendas para el espíritu...

La manera más rápida de aquietar la mente es mover el cuerpo.

Danza para enamorarte del espíritu en todas las cosas.

El arte no es solo ornamental, una mejora de la vida. Es un camino en sí mismo, una salida de lo predecible y convencional... un mapa al auto-descubrimiento.

Cuando estoy danzando, se siente como mi oración. Es como una ofrenda. Ofrezco mi cabeza de nuevo al baile, ofrezco mis hombros de vuelta a la danza, mis codos, mis manos, mi columna, mis rodillas, mis pies, todo mi ser, mis huesos, mi sangre, mi experiencia, mi sufrimiento... Ofrezco todo de vuelta a la danza y digo: tómalo, haz lo que quieras conmigo. Libérame.

Toma disciplina ser un espíritu libre.

La danza ha sido mi medium, mi metáfora, mi mensaje y mi meditación.

La compasión es un camaleón: puede usar el rostro del miedo, del enfado, de la tristeza, de la alegría o incluso de la templanza, dependiendo de lo que es necesario en el momento. El Buda de la compasión tiene una sonrisa en un ojo y una lágrima en el otro, y nuestra misión Búdica es guiar a las personas a la verdadera libertad, no sostener su mano y decirle que todo va a estar bien. En la enseñanza, la compasión significa hacer lo que sea necesario para llegar a la siguiente fase.

Todos compartimos la herida de la fragmentación. Y podemos todos compartir la cura de la unificación. Sanar es la unificación de todas nuestras fuerzas -- los poderes de ser, sentir, conocer y ver.

Si quieres parir a tu verdadero ser, vas a tener que cavar profundo en ese cuerpo tuyo y dejar que tu alma aúlle. Algunas veces tienes que tomar un salto de fe y confiar que si apagas tu cabeza, tus pies te llevarán a donde necesitas ir.

El mío es el arte de inspirar personas para que se volteen al revés, transformar su sufrimiento en arte, su arte en conciencia y su consciencia en acción.

Pon tu cuerpo en movimiento y tu psique sanará por sí misma.

Como Einstein indagó, "¿Por qué es que tengo mis mejores ideas en la mañana mientras me afeito?" Afeitarse es como la meditación con un objeto afilado. Cuando la mente está vacía y receptiva, grandes ideas fluyen a través de cada célula del cuerpo. Cuando estamos pensando de más, nos tensamos y nada puede fluir a través de nosotros; nuestra energía se bloquea en nuestras cabezas. Algunas veces tienes que dar un salto de fé y confiar en que si apagas tu cabeza, tus pies te llevarán a donde necesitas ir.

Hay una danza que solamente tu puedes hacer, que existe solamente en ti, aquí y ahora, siempre cambiante, siempre real. ¿Estás dispuesto a escuchar con fascinación? Si lo estás, te llevará al ser que siempre has soñado que podrías ser. Es una promesa.

Tu alma es una buscadora, amante y artista, cambiando de forma a través de energía arquetípica, entre tu oscuridad y campos de luz, tu cuerpo y tu espíritu, tu cielo y tu infierno, hasta que aterrizas en el momento de dulce rendición, en el cual, como danzante, desapareces en la danza. 

Constantemente estamos cambiando y cualquier práctica destinada a servir a nuestra autenticidad debe reflejar nuestra naturaleza fluida.

Hay una danza que solamente tu sabes cómo hacer.

El enfado es una respuesta que produce integridad ante la invasión de tus límites personales.

La práctica de movimiento hace fluir todos tus jugos creativos. No solamente libera tu cuerpo sino que abre tu corazón y vacía tu mente también.

Si tu no haces tu danza, ¿quién la hará?

La vida es sagrada. La vida es arte. La vida es arte sagrada. El arte de la vida sagrada significa ser un actor santo, actuando desde el alma en lugar que desde el ego. El alma está fuera del espacio y del tiempo y entonces un potencial siempre disponible y presente de nuestro ser. Es tu elección de cada uno de nosotros celebrar y actualizar nuestro ser y convertir cada comida, conversación, atuendo, carta, y demás en arte. Cada actividad mundana es una oportunidad para auto-expresión completamente auténtica. El alma es nuestro ser artístico, nuestra capacidad para transformar cada dimensión de nuestras vidas en arte y teatro.

Cada uno de nosotros tiene el poder y la responsabilidad de sanarse a sí mismo, ser nuestro propio curandero o curandera. Despertar nuestros poderes innatos de ser, amar, conocer, ver y sanar implica un trabajo continuo a todos los niveles y en todas las dimensiones de nuestro ser. Explorando el rango de los ritmos y las emociones, logrando revelaciones interiores en nuestro condicionamiento y ego, atravesando niveles de energía del espíritu - estas son todas las actividades para ser integradas en nuestras vidas diarias.

Danzar, cantar, contar historias y el silencio son los cuatro bálsamos sanadores universales.

La manera más rápida, más limpia y más alegre de salir de nuestra propia caja es danzando. No estoy hablando de hacer el pararse y balancearse. Estoy hablando sobre danzar tan profundo, tan fuerte, tan pleno del ritmo que no eres más que la danza y el ritmo y el sudor y el calor.

La danza es movimiento, es acción y como toda acción, nos revela a nosotros mismos en el hacer.

El Ser es una danza, constantemente en movimiento

Sanar es movimiento. Enfermedad es inercia. Si pones el cuerpo en movimiento, cambiarás.

Después de que saltes, después de que aterrices, está Dios.

Es bello danzar solo, bello danzar con tus hijos, bello danzar con tus amigos, bello danzar con un amante, o incluso colectivamente. Pero la danza última es la que hacemos por nosotros mismos, cuando nos damos a conocer a Dios.

La sanación chamánica es un viaje. Involucra salir de nuestros roles habituales, nuestros guiones convencionales e improvisar un camino de danza.

El espíritu en movimiento, sana, se expande, circula dentro y fuera del cuerpo, moviéndose a través de capas de consciencia desde la inercia al éxito. Abrete al espíritu y serás transformado.

Sudar es orar, hacer una ofrenda de tu ser más íntimo. Sudar es agua sagrada, cuentas de oración, perlas de líquido que libera tu pasado. Entre más dances... más sudas, más oras. Entre más oras, más cerca estás del éxtasis.

Tu cuerpo es el terreno y la metáfora de tu vida, la expresión de tu existencia. Es tu Biblia, tu enciclopedia, tu historia de vida. Todo lo que te pasa está almacenado y reflejado en tu cuerpo. En el matrimonio de carne y espíritu el divorcio es imposible.

El movimiento es mi medium y mi metáfora. Se que si permito que una ola de energía se complete en si misma, produce una ola completamente nueva y de hecho eso es todo lo que realmente se. Surfear estas olas significa unirse a la danza cósmica que, como decía Dante, "mueve el sol y las demás estrellas".

El movimiento es mi medicina, mi meditación, mi metáfora y mi método, un lenguaje viviente en el que podemos confiar para decirnos la verdad respecto a quiénes somos, con quiénes somos y hacia donde vamos. No hay dogma en la danza.

Quiero llevarte e un lugar de magia pura... Es el lugar que los atletas llaman la "zona". Los Budistas llaman "satore" y los fiesteros llaman "trance". Yo lo llamo el Desierto Plateado. Es un lugar de luz pura que sostiene la oscuridad en su interior. Es un lugar de puro ritmo.
 
La danza es la ruta más rápida y directa a la verdad - no alguna gran verdad que pertenece a todo el mundo, sino de la clase personal y honda, el tipo de verdad qué está pasando en mi ahora mismo.

“Detrás de los patrones predecibles del ego está nuestra propia alma. Y esa parte de nosotros es fascinante, esa parte de nosotros es fluida, esa parte de nosotros es instintiva, intuitiva, imaginativa e inspirada. Y no pasamos suficiente tiempo hablando de eso en el otro, apoyándonos en eso.
"¿Qué te pasó hoy?"
"Oh, tengo este dolor y ese dolor, y esta persona dijo eso y esa persona dijo ..."
No pasamos tanto tiempo buscando en la Catedral de los Huesos la Poesía de la Unidad. No investigamos ni nos honramos mutuamente. Esto es algo muy triste para mí ”. 

Separada del artista interior, nuestra alma se marchita y se desvanece, porque el arte es lo que nos mantiene vibrantes. Es el lenguaje del alma.

Cuando bailo, me libero. Invento mis propios pasos, dejo entrar el ritmo y los compases hasta el fondo del alma. Remonto las olas de la música como un surfista. Choco con partes de mí, paso por en medio, por alrededor, estiro lo que sé. Voy a donde nunca he estado. Mediante el baile he viajado por mi cuerpo entrando en mi corazón, pasando por mi mente hasta otra dimensión de la existencia, una dimensión a la que llamo éxtasis, comunión total con el espíritu.

“Cultiva el punto quieto en el centro, el testigo constante, el alma de atención e intención, distinta de las tramas mezquinas del ego. Cada uno de nosotros es el que está mirando y el observador tiene el poder de elegir quién ser ". 

"Por eso por el cuerpo debe comenzar el camino danzante hacia la plenitud... Sólo cuando lo habitamos realmente podemos comenzar el viaje sanador... Muchas de nosotras no estamos cómodas en nuestros cuerpos ni vivimos plenamente presentes, en forma vibrante, nuestra corporalidad... Tampoco estamos en contacto con los ritmos básicos de nuestra vida corporal... Vivimos fuera de nosotras mismas, en nuestra cabeza, en nuestros recuerdos, en nuestros anhelos, como terratenientes ausentes de nuestras propiedades"...

“Los momentos de éxtasis que experimentamos en la quietud, en el juego, en el arte, en el sexo, no constituyen un suceso excepcional o casual, sino que reflejan el sabor de lo que la vida está destinada a ser. Aquellos momentos en que estamos conectados con nuestro cuerpo, en los que nos sentimos puros en el corazón, claros en la mente, arraigados en el alma y llenos del espíritu de vida, nos pertenecen, son parte de nuestro patrimonio.”

A menudo, nuestras vidas son canalizadas automáticamente en patrones estrechos y seguros, establecidos en rutinas mortales. Algunos de nosotros queremos salir. Algunos de nosotros queremos dejar ir y despertar al poder enterrado en nuestro interior. Para hacer esto, tenemos que vivir en el borde, entre líneas, en algún lugar entre la materia y el espíritu, masculino y femenino, oscuridad y luz, líder y seguidor, quietud y movimiento.

La única forma de frustrar el ego es burlarlo; ser consciente de sus muchas voces y cómo ellas pasan zumbando alrededor de tu cabeza, para burlarse de él porque no soporta ser burlado y aún más importante, para ahogarlo con el ritmo y bailar hasta caer. Danzar hasta que no quede nada.

Cuando tu mundo se desmorona y te quedas solo contigo mismo, te ves obligado a descubrir quién eres sin todas las creencias, expectativas, puntos de vista y autoimagen proporcionados por algún maestro o sistema. La mente calculadora da paso a la mente intuitiva. Saber sin pensar

La danza es la ruta más rápida y más directa a la verdad - no alguna gran verdad que pertenece a todos, sino de clase personal y honda, de la clase de qué está sucediendo conmigo ahora. Danzamos para reclamar nuestra habilidad brillante de desaparecer en algo más grande algo seguro, un espacio sin un crítico o un juez o un analista.




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