"The white Hole in Time" - Peter Russell

El físico, escritor y futurólogo Peter Russell sugiere en su libro "The white Hole in Time" que la próxima escalera que deberá subir la humanidad es la de la "involución": una supernova de conocimiento, equivalente a la implosión de una supernova (una estrella que estalla y lanza a su alrededor la mayor parte de su masa a altísimas velocidades, dando lugar a destellos de luz de gran intensidad).

En su libro, Russell cuenta la siguiente parábola:
Una mente apegada a sus creencias es como una persona aferrada a un trozo de cuerda. Se sujeta para salvar su preciada vida sabiendo que, si se soltara, caería hacia la muerte. Sus padres, sus profesores y muchos otros se lo han dicho; y cuando mira a su alrededor, ve que todos los demás hacen lo mismo. Nada le convencerá de que se suelte.
Hasta que llega una persona sabia. Ella sabe que sujetarse así no es necesario, que la seguridad que ello ofrece es ilusoria y que sólo sirve para quedarse en el mismo sitio. Por lo tanto, busca un modo de disipar las ilusiones y ayudar a aquel hombre a ser libre. Le habla de la auténtica seguridad, de una alegría más intensa, de la verdadera felicidad, de una mente en paz. Le dice que podrá saborearlo todo... si suelta tan sólo un dedo de la cuerda.
Un dedo -piensa el hombre- no es demasiado riesgo por probar la felicidad. Y así, accede a ser iniciado. Saborea entonces una felicidad y una paz mayores. Pero no lo suficiente para que dure.
Una alegría, una felicidad y una paz aún mayores pueden ser tuyas - le dice el sabio- si sueltas un segundo dedo.
Esto -se dice a sí mismo- resultará más difícil. ¿Podré hacerlo? ¿Será seguro? ¿Tendré valor? Primero duda, luego, flexionando el dedo, prueba lo qué sería soltarse un poco más... y se arriesga. Comprueba así, con alivio, que no se cae. Por el contrario, descubre una felicidad y una paz interior mayores. Pero... ¿Puede ser posible más?
Confía en mí -le dice la persona sabia- ¿Me he equivocado hasta ahora? Conozco tus miedos. Sé que tu mente te dice que es una locura, que va contra todo lo que has aprendido, pero por favor, confía en mí. Mírame, ¿acaso no soy libre? Te prometo que no te pasará nada y que conocerás una felicidad y una satisfacción aún mayores.
¿Deseo tanto la felicidad y la paz interior, que estoy dispuesto a arriesgar todo aquello que me importa? - se pregunta el hombre. En principio sí, pero ¿puedo estar seguro de que estaré a salvo, de que no caeré? Examina sus miedos, analiza sus raíces y explora qué es lo que quiere de verdad, en un intento por convencerse. De pronto, siente que los dedos aflojan la presión, se relajan. Y sabe que puede hacerlo. Saber que debe hacerlo es sólo cuestión de tiempo. Finalmente, se suelta...
En ese momento le invade una sensación mayor de paz. Ahora tan sólo se sujeta con un dedo. La razón le dice que debería haber caído antes, pero no ha sido así. ¿Acaso será malo el hecho de aferrarse? -se pregunta- ¿Habré estado siempre equivocado?
Eso depende de ti -dice la persona sabia- No te puedo ayudar más. Tan sólo recuerda que tus miedos son infundados.
Confiando en su voz interior, el hombre suelta poco a poco el último dedo. Y no ocurre nada. Se queda exactamente donde está. Entonces, comprende por qué. Siempre había tenido los pies en el suelo. Así, mirando al suelo y sabiendo que no tendrá que aferrarse más, su mente encuentra la verdadera paz.

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