Cinismo - El libro de la vida

El cinismo tiene, en ciertos cuadrantes, una cierta clase de encanto. Suena dificil no tener muchas esperanzas - y reclamar para ver a través de los sueños de otros. Los cínicos le dirán que todos son egoístas y débiles, que "el sistema" esta amañando y dirigido por la ambición, que nunca puede tener éxito; que no tiene sentido intentar; que todos los ideales son ridículos y que quienes lo hacen bien están solamente mostrando sus propias - supuestas- virtudes.
Es inútil tratar de desaprobar el cinismo; siempre habrá una abundancia de ejemplos vívidos para respaldar una interpretación catastrófica de la humanidad. Pero lo que identifica a las personas como cínicos no es tanto lo que ellos declaran - como porqué lo hacen. Sus valoraciones pesimistas están basadas no en análisis desapasionados de nuestras especies sino sobre una compulsión emocional interior. Su filosofía es, antes que nada, una defensa frente al sufrimiento. Bajo su brusca superficie, los cínicos están afectados por una fragilidad casi histérica en torno a la idea de esperar cualquier cosa, que resulta ser menos impresionante de lo que esperaban. Entonces ellos tuercen su aparato mental para asegurarse a ellos mismos frente a la eventualidad de cualquier desaliento. Ellos se desilusionan ellos mismos antes de que el mundo pueda siquiera hacerlo por ellos en un momento y en una forma de su propia elección.
Los cínicos pueden lucir como personas que se esfuerzan en ver los hechos como son; de hecho, están tratando incluso de aislarse a ellos mismos contra el dolor. El origen de su postura no es la experiencia y percepción mundana: es- más agudamente - el trauma psicológico. En algún lugar en el pasado, probablemente hubo un soplo a sus esperanzas que sintió muy poderoso para manejar. Aunque triste, los cínicos no sueltan la mínima pista como trasfondo vulnerable y conmovedor. Ellos en cambio hablarán ruidosamente sobre corrupción y manipulación, acumularán ejemplos de avaricia y plantearán teorías complejas sobre economía. Pero lo que no harán es revelar voluntariamente o fácilmente cómo su padre le humilló cuando estaba ebrio o cómo se sintió cuando su madre huyó a otra ciudad cuando tenía cinco años. El cínico nunca es realmente y completamente cínico. Están todavía recuperándose de esperanzas que crecieron muy dolorosas para confesar.
Una tentación natural, cuando nos enfrentamos a un cínico es tratar de argumentar su actitud, citando contra-ejemplos. Pero esto es en su propia manera cruel, porque no entiende de qué se trata el cinismo. Es una protección emocional, en esencia, un modo aprendido de salir adelante bajo condiciones de coacción.
Lo que realmente necesita el cínico - y aún teme que no pueda obtenerlo, así que nunca pide naturalmente - es amabilidad, una amabilidad que pueda eventualmente ayudarles a reavivar sus atrofiados deseos secretos de esperanza y plenitud.

Tomado de: http://www.thebookoflife.org/the-problem-with-cynicism/

Commentaires

Articles les plus consultés